El título de este post parece un poco un sinsentido viniendo de un blog de paternidad, verdad? Siempre se relacionan las escaleras y los niños con posible riesgo y yo hablo de diversión en ellas... Ahora os cuento, que todo tiene su explicación.
Si hay una persona con la que el enano se ríe a las primeras de cambio es con su hermana. Es alucinante las carcajadas que puede llegar a soltar cuando la #hermanamayor le hace cuatro tonterías (o a veces ni eso, solo con acercarse!).
Hace casi un año, cuando estaba cercana la llegada del pequeñajo de la familia y aprovechando que el colegio al que le tocaba ir la grande estaba lejos de donde vivíamos, nos mudamos. Alquilamos nuestro piso (propiedad que compartimos en un amplio porcentaje con el banco) y buscamos uno de alquiler. Al final encontramos un dúplex que nos encajaba bastante (sin que lo buscáramos expresamente) y cumplía nuestras expectativas en gran medida. Y como bien sabéis, en los dúplex hay escaleras...
Nunca nos habríamos imaginado que los desplazamientos por las escaleras que van a la planta de arriba nos fueran a hacer reír tanto. Desde que el pequeñajo era muy bebé (ni que fuera ahora tan grande!) se produce un curioso fenómeno, sobretodo subiendo... Siempre que la #hermanamayor sube delante de él y le hace cuatro carantoñas, las escaleras se convierten en un festival del humor sin fin; el enano riéndose a carcajada limpia, sin parar; nosotros, babeando cual babosas subiendo las escaleras y más felices que unas perdices, y la causante de todo, la princesa de la casa, crecida ante el fervor de su reducido público que responde tan efusivamente sus payasadas.
Ahora que el pequeñajo ya es un poco más consciente de las cosas, hasta se prepara cuando vamos hacia las escaleras... y llama a su hermana si va distraída y no le dice nada!
En fin, que pese a que hay que tener cuidado con las escaleras, quién nos iba a decir que nos íbamos a divertir tanto subiendo (y a veces bajando) las escaleras de un dúplex. Y la gente que nos decía que nos íbamos a hartar de subir... así es imposible! Lo más curioso de todo es que bajando las escaleras no tiene el mismo efecto y, pese a que baja alegre en nuestros brazos, ni con las animaciones de su hermana se produce el espectáculo... ¡Cómo nos gustaría saber qué es lo que le hace reír así!
Igual cuando sean más grandes cambiamos el sentido de la diversión con esto:
Tiene pinta de ser divertido, incluso para nosotros :P
Nosotros nos mudamos durante el embarazo y evitábamos los dúplex justo por esas razones que te daba la gente, pero viendo esos planes de futuro de montar un tobogán...
ResponderEliminarNo era nuestra intención acabar en un dúplex, pero al final era lo que más nos encajaba... además, buscábamos en una zona nueva en la que no abundan los pisos grandes.
EliminarQue es más cómodo tenerlo todo en una planta? Claro, pero bueno, tampoco es ningún trauma subir escaleras ;)