lunes, 28 de abril de 2014

El comportamiento ligado a la educación

Desde hace tiempo observo (o escucho cuando me explican) cómo se comportan muchos niños. Posteriormente, lo que hago es intentar analizar cómo se comportan los padres (si los conozco) con ellos y cómo reaccionan a determinadas pruebas que los pequeños genios que intentamos educar parecen ponernos a cada momento.

De toda esta observación llego a la conclusión de que, a pesar de que un niño/a pueda ser movido/a, la manera de educar de los progenitores hacia ellos influyen mucho en el comportamiento que luego tienen los pequeños. Y ojo, que no estoy diciendo que se hagan mal las cosas ni mucho menos, pero al final los niños aprenden de lo que ven...

Muchas veces escucho comentarios (o lo veo con mis propios ojos) de cómo evitar que los pequeños hagan ciertas cosas, ya sea prohibiéndolas o con 'medidas de seguridad' que lo único que pretenden es facilitar la vida a los padres y poder estar más tranquilos. Yo soy de los que piensan que a los niños hay que dejarles experimentar lo máximo posible... por supuesto, con control y con una supervisión constante. 

Por poner un ejemplo, soy de los que piensan que no hay que poner topes para que no se puedan abrir los cajones: Tras comprobar un adulto que no hay nada potencialmente peligroso en ellos hay que dejarlos que los revuelvan, saquen todo el contenido, exploren y sacien su curiosidad. A veces es mucho más efectivo gestionar así estos tipos de situaciones que prohibiendo tajantemente o sin argumentación; o es que no nos pasa a nosotros mismos cuando nos dicen 'no mires ahí', 'no toques eso', que aún nos entran más ganas de hacerlo? Por propia experiencia os puedo asegurar que mi hija, a las pocas veces de abrir el mismo cajón y encontrar siempre lo mismo, ya no les hace ni caso... todo ello, evitando prohibiciones, gritos y malos rollos; simplemente hemos dejado que ella explore y valore si lo que hay allí le resulta interesante (y acaba siendo que no la mayoría de las veces :P).

Por lo que veo y/o me explican, creo que a padres menos tolerantes, hijos más rebeldes. Esto no está demostrado científicamente y es una opinión totalmente subjetiva, pero según mi experiencia personal, es mucha casualidad que la mayoría de los niños más movidos son aquellos en los que los padres son más rectos, poco flexibles y con poca paciencia... Sé que es muy fácil decir que hay que mantener la calma (a mi me cuesta bastante menos mantenerla que a mucha otra gente), pero pienso que es un factor importantísimo para que todas estas situaciones acaben finalizando a nuestro favor y, lo que para mi es más importante, sin gritos, malos rollos ni discusiones.

¿Por qué no dejarles que tengan sus propias frustraciones? En nuestra sociedad, actualmente tendemos en muchos casos, a sobreproteger. Es muy importante que los niños se frustren (sin que sea traumático, por supuesto) y que vean que no pueden conseguir todo lo que quieren. No tiene sentido, por ejemplo, que tras decir NO a una solicitud de nuestro pequeño o pequeña (no puedes subir ahí) y habiendo generado una pequeña guerra, acabemos cediendo porque nos está liando un espectáculo; de esta forma el niño o niña sabrá que si llega a esa situación acabará ganando... en cambio, es muy probable que si, tras varios espectáculos (que si, son algo difíciles de gestionar en lugares públicos) no consiguen lo que quieren, opten por cambiar de estrategia (o al menos de bajar un  poco los humos...).

De la misma forma que enseñamos a nuestros pequeños a comer solos, a vestirse y a muchas otras cosas, hay que enseñarles a gestionar estas situaciones y a controlar su comportamiento; o es que, ¿los castigamos por no saber comer en lugar de enseñarlos? Siguiendo con esa analogía, no es muy lógico hacerlo cuando no saben comportarse y hay que enseñarles; para mi el castigo, por llamarlo de alguna forma, debe ser la última opción y, además, no debe ser muy habitual (si lo hacemos siempre, al final pierde su efectividad).

Por supuesto, todo esto es una reflexión personal y es posible que mucha gente no esté de acuerdo conmigo, pero es mi forma de ver cómo debe ser la educación de mis hijos y es como intentamos, junto a mi pareja, llevarla a cabo... aunque muchas veces sea difícil!

2 comentarios:

  1. Me gusta esta forma de no poner límites a la curiosidad de los niños porque es verdad que si lo pensamos fríamente es muy probable que enseguida pierdan el interés por todo aquello que no les prohibimos. Lo de aguantar un par de pataletas en público para que comprendan que esa no es la forma para conseguir lo que se proponen ¡me va a costa muchísimo cuando me llegue el momento!

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    1. El ser humano es curioso por naturaleza... y ellos que están en pleno 'descubrimiento del mundo' aún más!

      Lo de las pataletas es una época. Te puedo decir que en nuestro caso ha sido poco 'traumático', pero al final ellos miden... si con esas tácticas consiguen lo que quieren, lo seguirán haciendo, no crees?

      Un saludo!

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