2 horitas más

Levantarse con el tiempo justo para desayunar, apurando hasta el último minuto. Salir hacia el trabajo cruzando los dedos para que no nos encontremos ningún follón en la carretera o que los trenes vayan en hora. Volver a casa lo antes posible para no tener que correr. Salir hacia la compra/recados/extraescolares. Llegar a casa lo antes posible (seguramente, tarde para lo que desearíamos). Baño de los pequeños uno y preparación de la cena el otro. Cena en familia. Lavar los dientes y preparar a los peques para ir a dormir. Explicar un cuento. Recoger la cocina (que seguramente dé miedo). Ducha… con suerte, tranquila. 

Ya. Ahora podemos descansar.

¿Qué hora es? 

Muy posiblemente sean las 10 de la noche o más. Otro día más que no hemos preparado nada del viaje. Otro día más que no hemos mirado aquellas compras que hace meses que tenemos pendientes. Otro día más que no nos podemos ‘espachurrar’ en el sofá a ver una serie. Apenas unos minutos para desconectar y toca ir a dormir, que mañana el contador vuelve a ponerse a cero y encima uno no sabe nunca cómo pueden ser esas horas de ‘descanso’.

El otro día comentábamos la supermami y yo, mientras recogíamos cacharros en la cocina: Estaría bien que el día tuviera un par de horitas más, verdad? En esas dos horas podríamos hacer cosas que se quedan esperando eternamente ese momento que nunca acaba de llegar: Ordenar los centenares de fotos, ponerse al día con los álbumes de viaje que hace años dejamos de hacer, poder sentarse a leer un libro sin tener que arañar tiempo de donde sea, poder dormir un poquito más (una horita más?), poder echarnos en el sofá sin que caigamos rendidos cuando empieza a sonar la música de la serie que hayamos puesto… 

Que conste que no me quejo de la vida que tengo; muy posiblemente en unos años la echaré de menos y miraré hacia atrás con cierta nostalgia, pero tener la sensación de ‘me faltan horas’ cada día es un poco bluf...

¿Alguien sabe dónde podemos conseguir esos días de 26 horas?