miércoles, 7 de octubre de 2015

Teoría vs. Práctica: Las amenazas

La teoría dice que las amenazas no deberían usarse para conseguir un fin, que es más conveniente utilizar otros métodos como por ejemplo la negociación. Esta afirmación tan sencilla parece muy fácil de aplicar, ¿verdad? Pues creo que no me quedo solo cuando digo que poner en práctica esa teoría en la vida diaria puede ser complicadísimo.

No sé si es lo que se nos ha inculcado desde bien pequeños (siendo víctimas de ellas), si es cosa del desespero al que se llega en determinados momentos y es una vía de escape rápida, o que no sabemos hacerlo de otra forma, pero en muchas ocasiones acabamos recurriendo a ellas. Demasiadas veces.


En nuestra experiencia personal con la HermanaMayor el modus operandi se repite con frecuencia: Comenzamos pidiéndole que haga algo; normalmente esa petición acaba perdida en el abismo de las peticiones perdidas, que suerte que es un abismo y es infinito, que sino ya lo tendríamos que haber ampliado. Es como si ya supiéramos que la primera vez que pedimos que haga algo es la de prueba, a ver si estamos bien afinados...

Como habitualmente no surte efecto acabamos pidiendo lo mismo varias veces explicándole por qué debe hacer ese algo. Alguna vez hay suerte y funciona (es un día para jugar a la lotería, estamos en racha) aunque lamentablemente no es lo normal. Cuando vemos que esto tampoco funciona, respiramos hondo varias veces y empezamos a probar otras cosas como puede ser negociar y/o chantajear. En no pocas muchas situaciones esto tampoco funciona y el ambiente se comienza tensar por momentos y acabamos... Amenazando: O haces esto, o pasará aquello otro: O recoges los juguetes o te los escondo, o te vistes o no ves la tele, o te metes en la ducha o...

Nada más soltar una amenaza se nos aparece el enanito que nos avisa de que esa no es la forma de hacer las cosas y que no hay que abusar de su utilización: Lo sabemos (la teoría es fácil), pero si todo lo que hemos probado anteriormente no funciona, qué más alternativas quedan? Para acabarlo de adornar, muchas veces el tiempo apremia (ir al colegio, ir a dormir, salir de casa...), la tensión aumenta y acabamos con los nervios nerviosos.

La mayoría de las veces esta técnica chapuza acaba funcionando pero no nos gusta usarla porque genera mal rollo. Tras la tempestad (es como acostumbra a venir acompañada la amenaza), y con la calma instaurada -temporalmente- en casa, le explicamos a la princesita cómo hemos llegado hasta ahí con la esperanza de que no vuelva a pasar... aunque sabemos que en no mucho estaremos en una situación similar.

Vosotros, ¿Cumplís la teoría como toca o acabáis sucumbiendo a la presión?

7 comentarios:

  1. El nuestro aún es pequeño pero seguro que cuando pase de lo que le dices será difícil no acabar con alguna amenaza. Yo soy bastante paciente pero la Mamá Moderna carece de paciencia :)

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    1. pfff... y me temo que es algo por lo que hay que pasar. Yo también soy bastante paciente, pero acabas sucumbiendo :(

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  2. Acabas de definir perfectamente, nuestro día a día... Negociar con ellos no siempre es fácil, se intenta, se trabaja, prometemos no volver a amenazar, peeeero, volvemos a caer.
    Es dificil mantener la calma cuando parece que por los oídos de nuestra hija se encuentra alojada la mayor autopista que el sonido jamás ha podido conocer. Parecen que las palabras le entran por un oído,y, antes de que hallamos terminado de hablar, le han salido por el otro.
    Es desesperante ;) y yo no soy NADA paciente. La madre sí, y me regaña por no serlo, cosa que me enerva aún más :P

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    1. Ni la persona más paciente del mundo creo que es incapaz de no amenazar en alguna ocasión... si es que se te acaba escapando, yo creo que es inevitable :P

      Bueno, pensamiento positivo machote!

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    2. Siempre!! Si hoy no se puede, mañana será

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  3. Imposible! Nadie es perfecto, y aunque lo intento, caemos muchas veces. son amenazas 'suaves', pero amenazas al fin y al cabo. De todos modos, tampoco podemos vivir siempre con ese sentimiento de culpa encima, intentamos hacerlo lo mejor que podemos, hacemos lo que podemos.

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    1. Por supuesto, hay un dicho que dice "Quien hace lo que puede no está obligado a más". Visto que son imposibles de evitar intentemos minimizarlas... ;)

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