miércoles, 21 de diciembre de 2016

La evolución de las pistas de coches. Hot Wheels A.I.

En nada estamos ya en Navidad, y quien más quien menos, anda buscando regalos para los niños que los rodean. Los que nos encontramos en esta situación muchas veces acabamos desbordados entre multitud de juguetes de todos los tamaños, colores y formas... y acabamos hechos un lío.




A veces, por suerte, aparece algo que llama la atención y la complicada tarea de búsqueda de ese regalo original y atractivo se simplifica. Es el caso de este circuito de carreras con inteligencia artificial de Hot Wheels. Fácilmente se le puede considerar la evolución del los circuitos de carreras tradicionales más que nada porque hacen uso de la tecnología para ofrecer una experiencia totalmente nueva. 

jueves, 15 de diciembre de 2016

¿Le hacemos un regalo a la profe?

No falla. Llegamos a la época navideña y en los dichosos grupos de Whatsapp del colegio (de los que ya hablaré seguramente otro día aunque oficialmente no esté en ninguno de ellos) aparece el comentario: 

“Vamos a hacer un regalo de Navidad a la profesora, no?”

Pues si fuera por mi, no. Lo siento. Y no porque no esté contento con el trabajo que hacen; al contrario, estamos encantados. Simplemente pienso que ya cobran por hacer lo que hacen. Al fin y al cabo es su trabajo, no?




El tema de los regalos es superior a mi… es algo que me parece tremendamente injusto, tanto con otras profesiones como entre profesores y profesoras del mismo colegio; por un lado, prácticamente a nadie le hacen regalos por su trabajo y se considera el sueldo como recompensa suficiente; por el otro, no me parece bien que una profesora pueda recibir una cajita de bombones y su compañera de curso reciba una caja experiencias de más de 100 euros. Y no tengo dudas de que se dan ambos casos.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Hermanos: Ni contigo ni sin ti

Es curioso ver la relación de los hermanos desde la perspectiva de padre. Tan fácil es que veas un amor incondicional entre ellos como que al poco rato veas un odio irrefenable de uno hacia el otro. Lo más curioso de todo es que se puede pasar de cualquiera de esos estados al otro en cuestión de segundos… Casi sin darte cuenta.



Recuerdo la cara de fascinación de la HermanaMayor cuando vio a su hermano por primera vez, su cara de felicidad inmensa cuando lo tuvo en brazos siendo tan bebé, lo mal que lo pasó cuando se lo llevaron a hacerle algún cuidado… puro amor. Ahora digamos que, ante determinadas situaciones, ese amor incondicional se transforma en un ‘No quiero tenerte de hermano’ o ‘ya no eres mi hermano’. Cómo cambia la cosa… Por suerte dura poco.

El HermanoMenor, por su parte, tiene en su hermana el mayor referente, para lo bueno y para lo malo: Constantemente repite todo lo que hace (o dice) ella, pregunta por ella cuando no está y se alegra mucho cuando la ve. Sin embargo, también es su mayor enemigo; a veces ella le roba a su mamá, su bien más preciado (a su papá también, pero ocurre menos veces), le quita cosas que tiene él o, fíjate tú qué casualidad, ella tiene justo lo que él iba a necesitar en ese preciso instante y tiene que conseguirlo como sea. No hablo de cuando le pega, le tira del pelo ni nada de eso… aunque pase.

Intentamos, en la medida de lo posible, que resuelvan los conflictos ellos solos pero como el HermanoMenor es muy algo manoslargas, normalmente tenemos que intervenir antes de que la haga llorar lleguen a las manos (y normalmente quien pierde es la HermanaMayor). Los celos y las envidias son inevitables, por mucho que intentemos ser igualitarios y que intentemos que ambos tengan las mismas oportunidades.

Es alucinante estar de espectador cuando todo va bien, cuando se dan la mano, cuando se abrazan, cuando comparten las cosas (pocas veces pasa esto) o cuando se preocupan por lo que le ha pasado al otro. Te derrites cuando haces algo con alguno de ellos y, sin pensarlo, tienen en cuenta al que no participa para que también disfrute de ello, de forma natural, de forma innata.

Muchas veces las relaciones entre hermanos se desgastan, se deterioran, se diluyen… y es una lástima, viendo la intensidad con la que lo viven de pequeños. Por nuestra parte no quedará el intentar que eso no pase.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Lecturas infantiles: Las princesas dragón

Cada día, antes de ir a dormir, toca leer algo. Hace unos días acabamos de leer (bueno, leía yo, que a la HermanaMayor aún le cuesta un poco) un libro que nos hizo llegar la editorial SM y que desde el mismo momento en el que cayó en nuestras manos no dejó de llamarnos la atención: Las princesas dragón: El misterio del huevo dorado.




Otro libro de princesas? Sí, es otro libro de princesas... pero no es el típico libro de princesas. Afortunadamente, parece que poco a poco van cambiando algunas cosas y los cuentos de princesas pueden ser diferentes a como lo han sido históricamente. 

lunes, 7 de noviembre de 2016

¡Que te pillo!

Cuando digo esas 3 palabras lo más normal es que el HermanoMenor estalle en risas. Da igual el momento del día, da igual su estado de ánimo, da igual lo que está haciendo, da igual el tono en el que se lo diga, da igual en el volumen en el que lo diga. El resultado siempre es similar.

Eso sí, no os penséis que estoy todo el día diciéndoselo aunque sea algo muy divertido porque no quiero desgastar la magia del momento… Es una sorpresa, un cambio de ritmo, una válvula de escape, un momento de descargar tensiones.




jueves, 27 de octubre de 2016

Ya (casi) no me enfado

En nuestra sociedad la mayoría de la gente somos de enfadarnos. A unos les dura más, a otros menos. A unos les da por gritar, a otros por no hablar; a unos les dura 5 minutos, a otros les puede durar horas (o días).

Yo nunca he sido una persona a la que los enfados les duraran mucho rato, aunque si que era habitual que me enfadara a menudo.

martes, 18 de octubre de 2016

Tenemos prisa

Tenemos prisa para que nuestros hijos aprendan a caminar. Tenemos prisa para que aprendan a hablar.Tenemos prisa para que dejen de usar el pañal. Tenemos prisa para que hablen. Tenemos prisa para que aprendan a leer. Tenemos prisa para que aprendan inglés. Tenemos demasiada prisa, para todo.



jueves, 13 de octubre de 2016

Sincronizando relojes

Siendo padres algunos días requieren de una coordinación casi perfecta por parte de todos los miembros de la familia, con especial hincapié en los más mayores. Una sincronización de relojes que permita que lleguemos al final el día con todo hecho.



En nuestro caso uno de los días de la semana en los que debemos ir más sincronizados son los martes. Ese día de la semana es cuando la supermami va a hacer su clase de zumba y va a hacer patchwork, la HermanaMayor hace su extraescolar de baile, el HermanoMenor va a su clase de natación (conmigo) y yo también intento hacer algo de deporte en alguno de los huecos que quedan…

viernes, 7 de octubre de 2016

10 años MyO





Hoy hace 10 años de este fantástico día. 10 años de buenos momentos salpicado con algunos no tan buenos. 10 años de camino conjunto en el que hemos construido una familia. Nuestra familia.

10 años que fueron el punto de partida a todo lo que ha venido después; lo más importante, haber tenido dos hijos que nos traen de cabeza pero que nos la hacen perder de felicidad.

10 años superando obstáculos juntos y alcanzando metas. Paso a paso, con humildad, con respeto y aprendiendo cada día.

10 años aguantándome. 10 años aguantándote. 10 años aguantándonos... pero siempre juntos.

10 años que son los 10 primeros años de muchos más.

Felicidades. 

T'

jueves, 29 de septiembre de 2016

No somos padres perfectos

No somos padres perfectos. Yo el primero.

Por mucho que prediquemos que practicamos la crianza con apego, hacemos BLW, practicamos colecho e intentamos razonarlo todo con nuestros hijos hasta la saciedad, llega un momento en el que no lo cumplimos…

A veces no damos una...


De vez en cuando aparece un pequeño ogro que hace que todos nuestros principios se desmoronen por momentos. Ese ogro, animado por los demonios del cansancio, del nerviosismo o de tener un mal día hace que seamos antagonistas de lo que predicamos.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

5 y 2

El tiempo pasa y casi ni nos damos cuenta… 

Desde hace cinco años los meses de septiembre tienen algo especial… y desde hace dos, aún más. Septiembre es el mes del fin de las vacaciones, el mes de comienzo del curso, el mes en el que todo vuelve a arrancar, pero para nosotros es algo más: Septiembre es el mes de los cumpleaños de nuestros hijos.




Septiembre es un mes emocionante e intenso a partes iguales: la HermanaMayor ya tiene bien claro que es su cumpleaños y va contando los días para que llegue; el pequeño, aunque no lo sabe, bien contento se pone cuando tiene que apagar velas o abrir regalos. Es un mes ajetreado pero cuando todo pasa y miramos atrás, siempre ha valido la pena.

Este año cumplís cinco y dos años...

CINCO: Cinco años en los que hemos vivido intensamente la paternidad; cinco años en los que hemos ido evolucionando como padres, en los que hemos ido cambiando cosas, a veces hasta el punto de contradecirnos. Cinco años intentando hacer lo correcto, a veces sin conseguirlo. Cinco años en los que hemos disfrutado de la espontaneidad, de la simpatía y de la intensidad con la que lo vives todo. Cinco años de acompañarte, de estar a tu lado. Cinco años fantásticos.

DOS: Dos años desde que llegaste a nuestra ya ajetreada familia. Dos años en los que nos has hecho vivir de forma más frenética aún si cabe. Dos años en las que hemos visto cómo pasabas de ser un ‘trocito’ de carne al torbellino que eres ahora. Dos años en los que hemos seguido aprendiendo, en los que hemos intentado mejorar. Dos años contigo. Dos años de carcajadas. Dos años de malas noches. Dos años de cariño. Dos años intensos y apasionantes.

Otro año más y otro año menos: Otro año más, viendo cómo crecéis, cómo os hacéis más autónomos, cómo vais conociendo vuestros límites, cómo aprendéis a tomar decisiones. Otro año menos para que os hagáis mayores, otro año menos de bebés, de ser ‘pequeños’, de ser tan inocentes. En cualquier caso, otro año en el que seguiremos a vuestro lado. Para lo que necesitéis, cuando lo necesitéis.




Felicidades guapos! Sois lo mejor que hemos hecho en la vida.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Un cachete a tiempo...

… no sirve para nada.
Escena real vivida el otro día en una zapatería:

Situación: Niño jugando en el tobogán de la tienda. La tía/prima/vecina (cualquiera, pero la madre no era) y la abuela intentando que hiciera caso… sin éxito.

En esas que llega la madre (el niño revolucionado a tope), y lo primero que le dice la tía (creo que era lo más probable) es:

- No veas con PEPITO, está como una moto.
- Si? - Contesta la madre
- Vaya, le he tenido que pegar en el culo y todo.
- Bueno, no pasa nada.


martes, 9 de agosto de 2016

Ideas fijas

Nuestros hijos son muy pesados bastante exigentes con ciertas rutinas que hay que cumplir siempre de la misma manera. Pese a llevarse 3 años lo vivimos con los dos… en unas cosas con la HermanaMayor se puede gestionar de una forma y en otras el HermanoMenor lo lleva de otra, aunque en esencia es lo mismo: las manías costumbres de cada uno se mantienen.

Cuando aún éramos unipadres nos pensábamos que todo esto venía en la mochila de Alta Demanda de nuestra hija y no le dimos mayor importancia… en algunas cosas cedíamos para evitar el conflicto y listo; sin embargo, tras realizar el fichaje del enano de la casa hemos visto que los patrones se vuelven a repetir. No con las mismas cosas pero sí que tienen comportamientos similares y, en algunos casos, incluso más intensos.

Paciencia, sobretodo paciencia...

jueves, 4 de agosto de 2016

El tema de la semana 15: Un viaje pendiente con los peques

¿Un viaje? ¿Sólo uno?


Muchos de vosotros conoceréis mi otro alterego blogueril, el blog www.conpequessepuede.com, en el que hablo habitualmente de viajes y actividades en familia.

De ahí vienen mis preguntas… tenemos tantos sitios donde ir que no sé ni por donde empezar, así que simplemente diré que prácticamente cualquier viaje que tenga que hacer es un viaje pendiente con mis hijos… porque con los niños se puede ir a cualquier sitio :P

P.D.: Ya haciendo un poco de SPAM… si no sigues mi otro blog no sé a qué esperas. Lo puedes hacer en Twitter, Facebook o Instagram… o suscribirte al feed.







miércoles, 3 de agosto de 2016

La risa de un niño

El otro día me di cuenta: Nuestra sociedad tendría que dedicar más esfuerzos a conseguir risas de niñas y niños; de cualquier edad, de cualquier clase social, de cualquier etnia, de cualquier país...

La risa de un niño, ese gesto tan sencillo y que a la vez transmite tanto.

Ese movimiento tan contagioso de 12 músculos que ilumina esas pequeñas caras cuando se produce.

Esa demostración de felicidad absoluta.

Dicen que la risa de un bebé o un niño pequeño es el símbolo más puro de la felicidad porque cuando se produce no esconde nada; en esos momentos, ese pequeño ser humano debe ser una de las personitas más felices de la tierra. No hay maldad, no hay falsedad, no hay segundas intenciones… únicamente, felicidad.



martes, 26 de julio de 2016

Empatía con los niños: Ponte en su lugar

Es muy evidente que, como padres, no tenemos la misma forma de ver las cosas que nuestros hijos; y no es ni mejor ni peor, es la nuestra (y la que nos toca). De la misma forma, los más pequeños de la casa, en sus pequeñas cabecitas, tienen la suya… y para ellos sí que es la mejor que puede existir.


El hecho de que nosotros veamos las cosas desde una perspectiva y ellos lo vean desde la suya va a hacer que más de una vez y más de dos haya discusiones desencuentros. Es inevitable. La mayoría de las veces, además, querremos imponer nuestra opinión sobre ellos como padres, educadores y bien conocedores de lo que les conviene que somos. Sin embargo es muy posible que muchas veces alguna que otra vez nos estemos equivocando y lo mismo no nos damos ni cuenta.



miércoles, 13 de julio de 2016

Momentos de uno... y de dos

Vamos de bólido, sincronizando relojes, corriendo de un lugar a otro, dedicando una parte importante del día a trabajar y la otra a nuestros hijos y su órbita y así, de un plumazo, nosotros dejamos de existir pasamos a un segundo plano y muchas veces nos sentimos agobiados, sobrepasados por la situación y buscando un poco de aire.

Afortunadamente lo normal es que, si nos ponemos a analizar nuestro día, veamos que no es del todo cierto; en mayor o menor medida, los adultos, juntos o separados, buscamos un hueco para tener nuestro momento.

Mi momento del día comienza a eso de las 22.00 (si todo va como debería); todos duermen, la faena de la casa está abandonada controlada y, por fin, me puedo sentar en el sofá un rato justo antes de hacer La ronda nocturna. Es en ese rato en el que todo está en silencio cuando reviso cosas que han quedado pendientes durante el día, preparo algo para los blogs (por si no lo recordáis, también tengo otro blog dedicado a actividades y viajes en familia: www.conpequessepuede.com), veo algo en la tele si me interesa o cualquier otra actividad que me venga en gana.

El momento del día de la supermami es por la tarde, cuando llega de trabajar a eso de las 15.00… desde que acaba de comer hasta las 16.30 lo dedica a ver alguna serie, leer algo o, por qué no, descansar sin ningún objetivo más que ese… disfrutando de una tranquilidad que se verá dilapidada en pocas horas.




Eh, un momento! Si nosotros dos juntos formábamos una pareja! Pues tendremos que dedicarnos un rato, no? Entre semana esos momentos se reducen al poco rato que coincidimos sin niños cuando están ya acostados y andamos recogiendo bártulos, así que no es de lo más glamouroso… Nuestros momentos, si no hay compromisos sociales de por medio, los tenemos las noches de los fines de semana; sofá, cena tranquila tras la tempestad... quizás alguna copa… Incluso, en algunos momentos muy puntuales, recurrimos a tíos / abuelos para dedicarnos una celebración especial o ir al cine a ver una película que no sea infantil.




No podemos ser durante 24 horas únicamente padres, así que por nuestro bien mental y personal, en algunos momentos debemos dedicarnos ratos a nosotros mismos. Es difícil encontrarlos, pero eso no quiere decir que no existan.


¿Y para vosotros, cuándo es ese momento del día?

jueves, 7 de julio de 2016

Castigos ¿Sí o no?

¿El castigo como recurso para educar es adecuado? 

En casa no somos de aplicar castigos prácticamente nunca, aunque eso no significa que vivamos sin normas y que algunos actos no tengan sus consecuencias. 


jueves, 23 de junio de 2016

La puerta

La entrada a casa es la entrada a una nueva dimensión. Es el cambio de la relajación a la tensión. Es el paso de familia feliz a familia tensa.

La escena se repite a diario. A veces, incluso, más de una vez: Salimos del ascensor, normalmente gritando e intentando mantener el control jugando y haciendo bromas; el HermanoMenor se va directo hacia el timbre; ante nuestras advertencias de que no lo toque, se gira, ríe y deja el dedo apretado indefinidamente hasta que le quitamos la mano. A continuación alguno de los adultos nos hacemos sitio para abrir la puerta, entramos y…

miércoles, 15 de junio de 2016

#ElTemaDeLaSemana8: Me arrepiento de...

¿Es bueno arrepentirse de las cosas cuando ya no las puedes cambiar? Creo que para lo único que sirve es para aprender, para saber cómo no actuar en el futuro; personalmente también me genera un sentimiento de culpa al darme cuenta de lo mal que he gestionado ciertas situaciones.




¿Me arrepiento de cosas? Pues sí… sobre todo de ser un bocazas y demasiado intransigente en algunas situaciones. Viéndolo en perspectiva, ahora no lo haría así y ya hace tiempo que intento mejorar esa actitud.

Centrándome básicamente en la paternidad me arrepiento de dos cosas: Por un lado, de no haber sido de suficiente ayuda en algunos momentos para la súpermami; de colaborar, de alguna forma, a que vaya tan desbordada . Por otro lado me arrepiento, muchas veces instantáneamente, al decirles una palabra malsonante a alguno de nuestros hijos; bajo mi punto de vista, nunca está justificado una actitud de ese tipo y, como padres, nunca deberíamos perder el control (creo que esto es una utopía :P).

Como humanos que somos nos equivocamos, y nos equivocaremos siempre… así que aprendamos de ello.





martes, 7 de junio de 2016

Nuevas palabras

Cada etapa del crecimiento del bebé tiene su encanto y ahora estamos en una que a mi me encanta (me encantan todas seguramente :P): El descubrimiento de las palabras y cómo comunicarse con los demás.




miércoles, 1 de junio de 2016

La sociedad incívica

Estar en la cola de algún sitio pensando cuál es la mejor manera para evitársela, ya sea ética o no. Conducir por una concurrida calle haciendo ver que no te das cuenta que hay gente esperando para cruzar por un paso de peatones (ya no hablamos de acelerar…). Presionar en la autopista al coche de delante de forma que si mira por el retrovisor nos ve hasta los pelillos de la nariz. Colarnos en el tren. No recoger las cacas de los animales de compañía. No utilizar las papeleras. Ver unos niños solos de tan solo 5 años solos que llegan a coger el tren sin que nadie les diga nada (noticia real...). Ser maleducados e irrespetuosos con los demás. Ver una agresión y mirar hacia otro lado.

jueves, 26 de mayo de 2016

Nuestra experiencia con el Baby-Led Weaning

Es curioso cómo cambian las cosas en pocos años; actitudes que llevan años instauradas en la sociedad que se consideran como correctas acaban cambiando. Primero con una tendencia y después un comunicado oficial de un organismo público. Algunos de estos cambios van relacionados con la alimentación de los más pequeños, y una de las más importantes es la incorporación de los sólidos a los bebés: El bien conocido Baby Led Weaning, o, dicho vulgarmente, comer a trozos lo que el pequeño o la pequeña quieran.



martes, 24 de mayo de 2016

#ElTemaDeLaSemana5: Tengo miedo a...


… a muchas cosas de las que antes no lo tenía.

Ya lo he dicho muchas veces en otros posts; cuando te conviertes en padre, toda tu vida y la forma de verla da un vuelco impresionante, y la aparición de estos temores es una de ellas.




viernes, 20 de mayo de 2016

#ElTemaDeLaSemana4: Un recuerdo que te ayude a tirar adelante

Desde hace algún tiempo, quizás desde que me convertí en padre, empecé a tomarme las cosas de otra forma. Ahora intento ver la vida de forma positiva e ir avanzando, día a día, disfrutándolo en la medida de lo posible y eliminando de mi vida esos pensamientos negativos que no hacen más que amargarle a uno la existencia...



¿Recuerdos que me ayuden a tirar adelante? Pues creo que no los necesito; he estado un rato buscando alguno y entiendo que si no encuentro ninguno debe ser por algo así. Si que es cierto que durante aquellos momentos del día que se hacen más duros te cagas en todo parece todo un mundo, pero como me esfuerzo en ser positivo e intento ponerme en el lugar de los demás (y a veces hasta lo consigo) esos momentos me duran poco. Y cuando pasan ya está, a seguir con lo que toca.

Al final, mi motivación es que mi familia sea feliz y que podamos hacer cosas juntos, no necesito mirar atrás; prefiero mirar hacia delante.






jueves, 12 de mayo de 2016

2 horitas más

Levantarse con el tiempo justo para desayunar, apurando hasta el último minuto. Salir hacia el trabajo cruzando los dedos para que no nos encontremos ningún follón en la carretera o que los trenes vayan en hora. Volver a casa lo antes posible para no tener que correr. Salir hacia la compra/recados/extraescolares. Llegar a casa lo antes posible (seguramente, tarde para lo que desearíamos). Baño de los pequeños uno y preparación de la cena el otro. Cena en familia. Lavar los dientes y preparar a los peques para ir a dormir. Explicar un cuento. Recoger la cocina (que seguramente dé miedo). Ducha… con suerte, tranquila. 

Ya. Ahora podemos descansar.


viernes, 6 de mayo de 2016

Misión: Salir de casa puntuales

Antes de ser padres éramos -relativamente- puntuales. Antes de ser padres planeábamos salir a una hora y -normalmente- la cumplíamos. Ahora que somos padres (sobretodo desde que somos 4) la situación ha cambiado un poquito…

Planeamos la salida a una hora y… salimos entre 45 minutos y una hora después.

Para que os hagáis una idea, a continuación os dejo lo que puede ser una conversación normal para salir de casa sin niños (independientemente del rato en el que haya tardado en prepararse cada uno): 

miércoles, 4 de mayo de 2016

#ElTemadelaSemana2: El peor momento del día

De la misma forma que en nuestras vidas tenemos El mejor momento del día no podía faltar El peor momento del día... y de ello os voy a hablar hoy.

¿Se produce cada día? No, pero tampoco es que sea algo muy raro, lo vivimos con más frecuencia de la que me gustaría (que sería prácticamente nunca).



Para mi el peor momento del día es cuando se lía parda: Nervios, gritos y malos rollos entre varios miembros de la familia. Situaciones unas veces generadas por el desquicio al que te llevan los más pequeños, otras por el cansancio, otras porque uno no tiene un buen día... Al final el motivo es lo de menos. Incluso hay veces que, sin ir el tema con nosotros (los padres), la situación es tan tensa que hace saltar la chispa a la mínima.

Ese es mi peor momento del día… y no me gustaría vivirlo más (aunque sé que es inevitable).





domingo, 1 de mayo de 2016

Felicidades Mamá!!

Hoy es el día de la madre. Si hemos sucumbido al consumismo y al poder absorvente de la publicidad es posible que hoy regalemos colonia, joyas, algún tratamiento de salud / bienestar o algún modelito mono de una gran cadena textil; los más clásicos regalarán flores y otros más modernos alguna actividad de aventura. Atrás parece que van quedando otro tipo de ‘regalos’ como planchas, sandwicheras o cafeteras (aunque seguro que algo queda por ahí).



¿Se merece algún regalo nuestra mami? Por supuesto, se los merece todos. Cada día. Sin embargo como comprenderéis, no podemos vivir bebiendo colonia y comiendo ropa…

Uno de mis regalos para ella va a ser este post. Espero que le guste más que su colonia preferida (o esos pendientes...).

Lo estás haciendo bien, no te quepa duda. Tus hijos son felices, te adoran y no te dejarían a sol ni a sombra (y sí, sé que a veces no te importaría hacerte ‘invisible’ al menos por un rato), pero al final eso es un síntoma de la pasión que tienen ellos por ti. Me vienen a la cabeza esos momentos mañaneros de los fines de semana cuando los dos invaden nuestra cama pero acaban peleándose por estar contigo. Madre solo hay una…

Siempre te va la mente a tope: Aún no has acabado de hacer algo y ya estás pensando en lo que vas a hacer tres días después, y la mayoría de cosas con ellos como protagonistas porque ellos son lo primero. Te exiges. A veces, demasiado. Todo tiene que estar perfecto (o casi)... Al llegar el final del día ya no puedes más: No me extraña.

Cansa. Agota. Pero es de las cosas más bonitas que se pueden vivir. Ya dije no hace mucho lo que opino de mi familia, y la nuestra no existiría ni sería posible sin ti.

No te cuestiones si estás haciendo algo bien o mal; eres incapaz de hacer algo malo para ellos, así que pase lo que pase, tenlo presente: lo estás haciendo bien.

Hoy es tu día; todos los días son tu día. Hoy no haces nada diferente a lo que vienes haciendo desde hace algo más de 4 años y medio, pero es bueno que se reconozca. Ser madre: Posiblemente el trabajo más duro que se puede tener pero seguramente el mejor trabajo que se puede tener.

Felicidades por tu día, y por todos los días.

miércoles, 27 de abril de 2016

#ElTemadelaSemana: El mejor momento del día

Ya está, los dos en la bañera. Muy posiblemente me haya costado mucho llegar a esta situación, pero a partir de ahora comienzan unos minutos de distracción en los que no miramos el reloj, en los que los dos juegan juntos y yo estoy con ellos, bañando primero a uno y luego a la otra. Un momento en el que yo también juego con ellos, en el que les echo agua, en el que cantamos alguna de las canciones que suenan de fondo.

Es un momento en el que desaparecen los malos rollos. Es un momento en el que desaparecen los nervios. Es un momento en el que desaparece el estrés del día.  Es un momento en el que aparecen las risas, los gritos, los chapoteos y el salir empapado del baño.

Un momento en el que nos divertimos juntos.


Ese es, para mi, el mejor momento del día.

#ElTemaDeLaSemana es una iniciativa nacida de los @PapásBlogueros para toda la blogosfera. Queremos saber un poco más de ti, y que sepáis más de cada uno de nosotros. Por eso propondremos un tema semanal sobre el que reflexionar brevemente en nuestros respectivos blogs y compartiéndolo en este carrousel para llegar a todas y todos.








viernes, 22 de abril de 2016

¿Mentimos a nuestros hijos?

No te podemos ir a la feria, ya no funciona / la han quitado.

La televisión ya no funciona, no la podemos ver. 

¿Que dónde están las chuches? Lo siento, se han acabado. 

No te puedo comprar X, no tenemos dinero. 


¿Quién no ha utilizado estas tácticas para evitar determinadas situaciones que no nos van bien o que consideramos que no tocan? Me da a mi que en mayor o menor medida, las hemos utilizado todos.



A nosotros no nos gusta utilizarlas e intentamos no hacerlo (nos gusta complicarnos la vida, somos así), aunque nos volvemos a encontrar con una de esas actitudes tan normalizadas en nuestra sociedad en las que caemos a veces sin darnos cuenta.

En estas situaciones volvemos a aplicar la que viene siendo una de nuestras principales máximas: el sentido común. Si no queremos que nuestros hijos mientan, no somos muy buen ejemplo haciéndolo nosotros mismos con ellos. En más de una ocasión estas mentiras piadosas van a acabar siendo descubiertas, y a ver cómo se sale de ella de una forma decente creíble... Para nosotros lo mejor evitar estos malos tragos, de verdad; es más conveniente que perdamos varios minutos explicando a nuestro hijo o hija cuáles son las verdaderas razones por las que no se puede hacer lo que el pequeño o la pequeña quieren. Muchas veces no las entenderán, otras no las compartirán (seguramente las que más) y algunas veces, como si fuera un milagro, la explicación será aceptada sin mayores consecuencias. Además, es posible que poco a poco consigamos que estas últimas vayan ganando terreno a las demás y acaben compitiendo con las otras en igualdad de condiciones (no, no desaparecerán por completo porque, no lo olvidemos, son niños…).

Echo la vista atrás y veo que nosotros también las hemos usado (y las usaremos, me temo); ¿Comodidad para no perder el tiempo explicando? ¿Salida fácil al saber que lo que vamos a explicar seguramente no se va a entender? ¿Ganas de evitar un berrinche conflicto? ¿Ahora no me puedo parar a explicárselo? Son muchas las razones que nos llevan a utilizar estas mentiras triquiñuelas y son mucho más fáciles que una explicación detallada. ¿Que no es tan cómodo? Seguramente, pero vale la pena. Es una buena inversión porque luego ellos también la pondrán en práctica con nosotros (y con los demás).

¿Qué opináis al respecto? ¿De repente la tele no funciona o se ha acabado algo que les gusta mucho o le dedicáis un ratazo momento a explicarlo cómo manda la ‘teoría’?

miércoles, 20 de abril de 2016

Harry Pater y el pañal filosofal


Se acerca el día del libro y como muchas veces vamos perdidos en qué regalar siempre es una buena opción tener recomendaciones literarias. Desde hace algunas semanas me estoy leyendo el simpático libro de Martín Piñol (@martinpinol), Harry Páter y el Pañal Filosofal.


Martín Piñol se basa en su propia experiencia para explicar a los futuros o recientes padres sobre lo que implica estar en el camino de serlo… Tenía bastante claro cómo lo quería contar y se nota en el libro: va básicamente dirigido a la parte ‘débil’ del proceso (los hombres), aunque por supuesto, las mujeres también sonreirán con su lectura.

No os esperéis un libro profundo y denso; es justamente lo contrario: ameno y muy fácil de leer. Con un estilo muy ‘de la calle’, aborda los típicos temas que preocupan a los futuros padres o a los que lo acaban de ser. El libro pretende ser (y lo es) una guía totalmente diferente a las que existen en el mercado, que acostumbran a ser bastante serias y, muchas de ellas, técnicas.
Todo está explicado en un tono humorístico y con unas fantásticas ilustraciones que acompañan al texto, muchas veces de temática friki.

En el libro transcurre un año de la vida del protagonista y está estructurado por trimestres; los tres del embarazo y el primero desde que en la familia hay uno más. Los capítulos son muy cortitos y es ideal para leer cuando se tiene un ratillo y se quiere desconectar. Además, incluyen algunas buenas guía que ayudan mucho en determinadas situaciones, como puede ser el papeleo a realizar o cosas para comprar.

Si queréis haceros con él, os dejo el enlace de amazon aquí (tapa blanda) o aquí (ebook).

jueves, 14 de abril de 2016

¡Que viene el lobo!


No te acerques a ese perro que muerde

Pórtate bien (¿?) que el policía se enfadará

Duérmete o vendrá el hombre del saco


Y así podría seguir con unas cuantas más… Luego los pequeños de la casa tienen miedo y nos sorprendemos.






¿Hacemos a nuestros hijos miedosos? Pues muy posiblemente tengamos algo que ver en que lo sean. Algo en su ADN ya va incluido, porque tal y como vemos en el HermanoMenor, el pobre es un ‘cagao’. Nosotros no somos de los que decimos las frases con las que empezaba este post, pero tiene pánico a ciertas cosas (algunas bastante incomprensibles :P). Os dejo una pequeña lista:

  • Los paraguas
  • El ruido de la tele cuando no tiene canal
  • Un pequeño dron que tenemos (llega a temblar de pánico)
  • Una hucha de la que sale un gatito para coger las monedas (aunque parece que lo va superando).

La hucha terrorífica


Os imagináis que encima le dijéramos frases como las que he ilustrado al principio? Madre mía, lo tendríamos que meter en una burbuja… Lo que tenemos que hacer es fomentar su autoconfianza y hacerles valorar el riesgo/peligro de ciertas cosas para que, con el tiempo, sean capaces de gestionarlo de la mejor forma posible.


Hoy en día aún se escuchan muchos comentarios de esta ‘educación con miedo’, y lo mejor de todo es que algunos de los que la practican luego dicen que sus hijos tienen miedo. Por ejemplo, si les dices “No toques a ese perro que te morderá”, no es lo más logico del mundo que ese niño o niña tenga miedo a los animales? No olvidemos que nosotros, los padres, somos su principal referencia y las personas en las que más confían (sobretodo en determinadas edades). Si nuestra mayor referencia nos alerta sobre no tocar a un perro porque muerden, lo más probable es que sea verdad y lo mejor será no acercarse…


No grites/corras/juegues/<loquesea> que el policía se enfadará; veis correcto que nuestros hijos tengan miedo a determinados colectivos que en un momento puntual nos pueden ser de mucha ayuda? Si les hacemos coger miedo de la policía (o a los médicos, de los que también se oyen cosas) cómo vamos a pretender que recurran a ellos si algún día los necesitan por algo (por ejemplo, si se pierden?).


Eduquemos en positivo, al final es lo más sencillo! A veces nos implica un esfuerzo extra porque muchos de nosotros hemos sido educados de esta manera pero que se haya hecho siempre no quiere decir que esté bien hecho...

miércoles, 6 de abril de 2016

Me encanta...

Situación: cena de domingo por la noche en la cocina, como prácticamente cada día. El pequeño se acaba de tirar la sopa por encima y lo hemos tenido que cambiar entero; la HermanaMayor haciéndose de rogar para que se siente a la mesa (bastante habitual también). Música de fondo, hoy una lista llamada ‘Sin estrés’.



De repente durante la cena, no sé por qué, me pongo a analizar mentalmente a los que estamos en la mesa:

Primero el HermanoMenor, ese pillín, que aunque solo dice algunas palabras sueltas ya lo entiende todo, es un buen elemento… Me encanta cuando le dices que haga algo y le da vergüenza. Me encanta cuando le pides que te dé algo que le gusta mucho y te suelta un NO! (es la palabra que más domina). Me encanta cuando imita a su hermana en TODO lo que hace. Me encanta cuando le damos algo a él y nos señala a su hermana para que también le demos a ella. Me encanta cuando te mira al final del pasillo y sale corriendo para que lo persigas. Me encanta cuando le dices ‘vamos a la calle’ y coge cualquier cosa que tenga ruedas para llevárselo. Me encanta que se haga entender aunque no hable. Me encanta que me busque.

Le sigue la HermanaMayor, respondona, cuadriculada y listilla aunque inocente y buenaza, encandila a cualquiera… Me encanta poder mantener una conversación con ella. Me encanta que de repente empiece a hablar de algo que no tiene nada que ver con el momento. Me encanta que nos ‘dé lecciones’. Me encanta verla disfrutar en la piscina. Me encanta ver cómo se le ilumina la cara cuando le das una sorpresa. Me encanta lo mucho que quiere a la gente de su entorno. Me encanta lo mucho que quiere a su hermano. Me encanta bailar con ella. Me encanta leerle cuentos. Me encanta su expresividad.

Ya por último, la SuperMami, una mamá -cansada- agotada deseosa de tener un momento libre para ella sola pero que luego se puede sentir culpable mientras lo está disfrutando… Me encanta ver cómo quiere a sus hijos. Me encanta ser su cojín. Me encanta masajearle los pies. Me encanta que me moleste. Me duele encanta que me haga de esteticista. Me encanta la complicidad que tenemos. Me encanta que me llame al trabajo para... nada en especial. Me encanta preparar viajes con ella. Me encanta viajar con ella. Me encanta tener momentos con ella. Me encanta que sea la madre de mis hijos y a ellos también les encanta.
 

¿Sabéis de qué me di cuenta? 

Me encanta mi familia.


jueves, 31 de marzo de 2016

Tetadicto

Ya os he contado alguna vez nuestra experiencia con la lactancia materna. Como muchos de vosotros sabréis, nos consideramos defensores de ella y algo que hay que potenciar en nuestra sociedad. A día de hoy el pequeño, con 18 meses, sigue tomando el pecho.

La #HermanaMayor fue muy demandante en este aspecto pero el pequeñajo la supera. Es tan demandante que acaba agobiando a la supermami; no ya por el hecho de darle el pecho, sino porque en ocasiones se convierte en lo que llamamos un tetadicto. No atiende a razones; sólo atiende a la teta.




El problema radica ya no tanto en que mame o no mame, sino en cómo se pone si no se le puede dar o en que se podría estar enganchado durante toda su vida… Entendemos que la pueda necesitar por el vínculo creado, pero hay ocasiones en las que no se puede ser un chupete con forma humana. A su edad es capaz de mamar muy rápidamente, pero en determinados momentos del día puede estar indefinidamente enchufado...

Las situaciones más tensas se viven por la noche; como ya os hablé hace algún tiempo, no nos importa practicar el colecho. Tampoco es que lo pongamos a dormir directamente en nuestra cama, pero si quiere acabar durmiendo con nosotros no hay problema alguno. Al final la rutina para ir a dormir siempre es la misma: La súpermami le da el pecho al pequeño en nuestra cama; se duerme y lo lleva a la suya. A eso de las 00.00, minutos arriba o minutos abajo, se despierta. El primer paso es ir yo e intentar que vuelva a dormir; muchas veces le pongo el chupete y sigue durmiendo un rato más tan plácidamente; en otras ocasiones se deja la vida pidiendo agua y luego sigue durmiendo un rato más tan plácidamente. Sin embargo hay veces que nada de esto funciona; es entonces cuando se empieza a caldear el ambiente. Empieza a gritar y, tras intentarlo todo, la única manera de que se calme es ponerlo a la teta. Cuando esto se repite día tras día, semana tras semana, mes tras mes y el cansancio se va acumulando, la teta con patas supermami necesita como agua de mayo descansar a pierna suelta, lo que hace que la paciencia disminuya y entremos en un círculo vicioso de cansancio, nervios...




El problema que vemos en todo esto es que no hay forma de calmarlo de ninguna otra manera. Esto pasa también en otros momentos del día, aunque con menos intensidad (supongo que al haber distracciones la cosa cambia). Es por todo esto por lo que lo llamamos TETADICTO.

Qué mejor que tomárselo con algo de humor, no?

miércoles, 23 de marzo de 2016

Olimpiadas de hijos

Nuestra sociedad es muy competitiva, de eso no hay duda: Sueldo, coche, patrimonio, trabajo, conocimientos… Forma parte de nuestra cultura; todo lo comparamos con lo de los demás para ver si ‘nosotros más’; si lo cumplimos nos hace sentir bien, hasta que vemos que alguien nos supera.

Con nuestros hijos, lamentablemente, también pasa: Cuando son bebés comparamos el peso, la altura, lo que duermen, si se dan la vuelta o no, si aguantan la cabeza… Cuando se hacen más mayores seguimos con otros aspectos: Cuándo ha dicho su primera palabra, cuántos dientes tiene, cuánto pesa (esto acostumbra a aparecer bastante a menudo), cuánto duerme… y así todo lo que se os ocurra.



Ya cuando llegamos a la época escolar hay gente que lo lleva a niveles superiores, y es en esta época cuando pueden empezar a aparecer determinados problemas hacia los ‘comparados’ porque (in)voluntariamente se les puede llegar a presionar cuando en realidad no hay nada de lo que preocuparse. Si algún compañero o compañera de clase ya sabe <poner aquí lo que queráis que pueda encajar (escribir, hacer los números, sumar, el pino puente…)> y el nuestro no, más de uno se echará las manos a la cabeza e, inmediatamente, se pondrá a ‘motivar’ su hijo o hija para que se ponga como mínimo ‘al nivel’ de ese ‘que ya lo hace’.

Mal, muy mal si hacemos esto, de verdad, sobretodo si lo hacemos con los más pequeños. Al final lo que importa es que lleguen donde tienen que llegar en el tiempo que los expertos estimen que ha de ser así. Dejemos que cada niño o niña siga su ritmo.

Recuerdo que estábamos preocupados con la HermanaMayor porque no le salían los dientes y muchos bebés de su alrededor ya los tenían. Cuando se lo comentamos al pediatra la cosa fue así: 

- Es que nuestra hija tiene X meses y aún no tiene dientes
- Has visto algún niño sin dientes? Nos dijo el pediatra. 
- No, contestamos nosotros. 
- Pues entonces de qué os preocupáis?

 Esto marcó un poco un antes y un después en la manera de ver algunas las cosas (y que hemos ido madurando con el tiempo), pero a veces es difícil no entrar en determinadas comparaciones; como siempre, la sociedad tiene tanta fuerza que nos absorbe y, cuando nos queremos dar cuenta, ya estamos metidos en el ajo.



Conclusión: Dejemos que nuestros hijos crezcan y aprendan a su ritmo. Dejemos de compararlos y hagamos lo posible para que sean felices siendo quienes son. Evitemos frustraciones y malos rollos. Si los expertos de las áreas que les afectan determinan que tienen un desarrollo normal, no hemos de darle más vueltas.

martes, 15 de marzo de 2016

Con ojos de padre

Hace algún tiempo hablaba de que cuando uno se convierte en padre (y con las madres me temo que es peor aún) los sentimientos se magnifican. Viene a ser lo que pasa en Gran Hermano pero ya para toda la vida.

No hace mucho tenía una conversación con un conocido que no tiene hijos (y que tiene intención de tenerlos). Habĺábamos de conciliación, de los horarios laborales versus los horarios familiares. Durante la charla choqué me topé con una visión totalmente diferente a la mía... hasta que al final me di cuenta, lo tuve claro: Yo lo veo con ojos de padre y la otra persona no. Alguien que no tiene hijos difícilmente pueda tener esa forma de ver las cosas; normalmente se es incapaz, por mucho que lo intente. No se concibe. Le faltan condimentos a la manera de pensar para que pudiera estar un poco alineado con lo que yo le explicaba.





Y no es nada malo. Es diferente.

Pasar a tener esta manera de ver las cosas llega sin darte cuenta, incluido en el paquete de padre; cuando no tienes hijos vives en armonía con tus prioridades y preocupaciones: La carrera laboral, la pareja, qué hacer en el tiempo libre (tiempo qué?), la economía familiar/personal… Cuando te conviertes en padre todo eso sigue existiendo, pero por encima hay una nueva capa ocupada por los pequeños miembros de la familia y que modifican bastante las prioridades (aunque siempre hay excepciones): La carrera laboral es importante, sí, pero también quieres ver y disfrutar de tu hijo. La pareja es importante (muy importante), pero en casa todo gira alrededor del pequeño. El poco tiempo libre que tienes lo dedicas a hacer cosas en familia: espectáculos en familia, excursiones, cumpleaños del colegio... La prioridad económica también se ve alterada: al impacto económico que tienen los hijos hay que incluir el hecho que no todo es ganar más y más dinero, y mucho menos cuando ello implica no poder estar y disfrutar de tu hijo…

Tener un hijo es un factor en la ecuación de la vida que no se puede simular y es inútil intentar hacer ver a alguien que no los tiene lo que le va a implicar emocionalmente un pequeñajo en la toma de sus decisiones. Con el tiempo, si acaba teniendo hijos, muy posiblemente vea las cosas 'con ojos de padre’.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Padres igualitarios

Me sumo a la campaña #PadresIgualitarios promovida por PapásBlogueros, AHIGE, Homes Igualitaris i Homes Valencians per la Igualtat que se ha puesto en marcha con motivo del día del padre igualitario el próximo 19 de marzo.




Nos queda mucho por hacer en cuestiones de igualdad y acciones de este tipo son muy necesarias para dar visibilidad a un cambio en la sociedad que, aunque aún se trata de algo más bien pequeño, es imparable.

Desde este humilde blog invito a todos los padres que me leéis que os animéis a publicar una foto con algunos de los lemas propuestos (o con uno propio, por qué no). Por supuesto, también me dirijo a las madres que me siguen para que convenzan a sus parejas y que también lo hagan.

Es fácil, lo único que tenéis que hacer es haceros una foto con alguno de los siguientes lemas:

  • Por una paternidad igualitaria
  • Por una paternidad responsable
  • Por unas masculinidades cuidadoras
  • Soy papá y cuido a mis hijos
  • <el que tú prefieras>

A continuación únicamente tenéis que subirla al evento que se ha creado en Facebook (aquí), subirla a Twitter o Instagram con la etiqueta #padresigualitarios o hacerla llegar a la dirección de correo electrónico padresigualitarios@gmx.com. La acción está abierta desde el 22 de febrero hasta el 20 de marzo, así que hay tiempo de sobras para encontrar un hueco!

Con acciones de este tipo y el cambio que ya está en marcha cada vez es más habitual ver a padres ejerciendo de padres. Padres haciendo cosas que durante mucho tiempo se habían considerado 'de madres'. Padres que se implican activamente en la crianza de sus hijos. Padres a los que les dan igual los comentarios que reciben ante ciertas situaciones.

Sigamos avanzando para cambiar esta sociedad patriarcal en la que vivimos, hagamos una sociedad más igualitaria.

Aquí os dejo mi foto :)



Gracias por vuestra colaboración!





jueves, 3 de marzo de 2016

Nadie dijo que fuera fácil

Desde que somos pareja siempre hemos tenido que luchar demasiado mucho por conseguir cosas que la mayoría de gente de nuestro entorno conseguía sin demasiado esfuerzo.




Nos costó mucho poder tener un hogar. Nos costó lo nuestro tener trabajos dignos. Nos costó convertirnos en padres, primero con un susto y después con la desesperación al ver que el embarazo no llegaba. Nos costó encontrar un buen colegio para la HermanaMayor. Hemos tenido problemas con los vecinos. Hemos tenido problemas con nuestro casero. Nuestros hijos son de carácter fuerte: una Alta Demanda y el otro con un genio que es difícil de controlar. Nos cuesta ser buenos padres. Nos cuesta no gritar, no enfadarnos. Nos cuesta ser pareja.

No se trata de envidia por la vida de los demás, ni mucho menos. Más bien es una sensación de injusticia hacia nosotros. No nos importa que la vida nos ponga retos, pero a nadie le amarga un dulce... nos gustaría que algo fuera fácil. Nos lo merecemos.

Es nuestro sino, nuestra vida y me temo que no va a cambiar. Vivir luchando por todo es muy cansado y, por mucho que uno esté acostumbrado a afrontar todo lo que se le viene encima, agota. Y así andamos: Agotados.

Todo nos cuesta todo mucho, pero todo lo acabamos consiguiendo o superando. Y la época en la que estamos ahora no iba a ser menos. Este no es un post para lamentarme ni para compadecernos. Es un post para darnos ánimos, para ser positivos, para mirar con ilusión hacia delante. Para seguir tirando, como siempre hemos hecho. Como hemos de seguir haciendo.

Al final acabamos consiguiendo nuestros objetivos; ¿que nos cuesta más esfuerzo que a otros? Puede ser, pero así el disfrute por haberlo conseguido también es mayor. Echar la vista atrás y ver que has superado un nuevo reto es reconfortante. Para comprobarlo solo hay que observar lo que tenemos actualmente tras no pocos contratiempos: Unos trabajos aceptables (viendo como está el patio...), un hogar, una familia (la mejor :P) y, lo que es más importante, dos hijos fantásticos y apasionantes.

Yo creo que no nos podemos quejar :D




Nos toca seguir luchando, nos toca seguir avanzando. Como siempre.


miércoles, 24 de febrero de 2016

Dejando explorar a nuestros hijos

A los padres nos preocupa mucho, muchísimo, que nuestros hijos se muevan en entornos seguros y que no tengan posibilidad de hacerse daño. Es muy doloroso para él, pero para nosotros como padres también vivir una situación así. Es una actitud totalmente normal y comprensible, va incluido en el hecho de ser padres. De todas formas, creo que a veces nos pasamos y no dejamos que los pequeños experimenten todo lo que deberían.




Para mi un ejemplo claro son la cantidad de elementos protectores que existen en el mercado para que los más pequeños de la casa no puedan hacer determinadas cosas: Ganchos que evitan que se abran los cajones, armarios y nevera, protectores que evitan que los niños se pillen los dedos en las puertas, barreras protectoras, chichoneras, viseras de baño para que no les caiga agua en la cara… hasta un protector de macetas para que no toquen la tierra he llegado a ver.

¿Son realmente ‘necesarios’ todos estos elementos? En casa creemos que no, y no quiere decir que dejemos a nuestros hijos echar un trago de lejía cuando tengan sed ni que no vigilemos la seguridad. Básicamente creemos que a los niños hay que dejarlos explorar (bajo nuestra supervisión).





¿Si a un adulto le prohíben abrir un cajón poniéndole un cerrojo, no moriremos por saber lo que hay ahí e intentaremos abrirlo en un momento u otro? Somos curiosos por naturaleza, así que imaginaos qué debe pensar un pequeñajo o pequeñaja que sabe que tiene delante un cajón que no puede abrir pero que sabe que se puede abrir… dejemos que puedan explorar e investigar, dejémosles trastear y experimentar, dejemos que lleguen a sus límites y que comprueben ellos mismos cuáles son.

Muchas veces tengo la sensación que todas estas cosas tienen una ‘segunda función’, y es hacernos la vida de padres mucho más cómoda: si no pueden abrir los cajones no hace falta que vigile de que coja nada, si no tiran la tierra de la maceta al suelo me evitaré recogerla (aunque se haya comido una poca), y así con muchas cosas.

No creéis que poniendo estas protecciones no les estaremos frenando en algunos aspectos? Si no queremos que se caigan por las escaleras no es mejor que les enseñemos a subirlas y bajarlas cuando los veamos capaces y/o muestren interés? Y no, no me refiero que con dos años mi hijo vaya a andar a su antojo subiendo y bajando las escaleras solo, pero ya sabe que se tiene que agarrar, que no lo puede hacer solo…

Esto lo veo un poco como el ir a la piscina; mucha gente no los lleva porque ‘son muy pequeños’. Es totalmente respetable, faltaría más. Nosotros los llevamos desde los 4 meses. Resultado? La HermanaMayor ya ‘se aguanta en el agua’ desde antes de los 4 años… y eso, al final es una tranquilidad que tienes. Es como una inversión.

Vosotros sois de llenar toda la casa con papel de burbujitas o dejáis a vuestros pequeños que alguna vez que otra ‘se pillen los dedos’?

martes, 16 de febrero de 2016

Micromachismos

No hace muchos días regresaba Salvados a la parrilla televisiva con un tema duro y polémico. Volvían con un tema enquistado en nuestra sociedad: el machismo y sus consecuencias (enlace). No nos engañemos, por mucho que lo intentemos esconder o sepamos que nosotros ‘no somos así’, hay algo que no funciona como es debido si se siguen produciendo agresiones de carácter machista.

El programa buscaba remover conciencias y poner de manifiesto que nuestra sociedad tiene un problema. Un problema serio. Un problema al que no se le ve una solución cercana.

Decir a alguien que es machista es ofensivo, es prácticamente un insulto. La mayoría de la sociedad tiene claro que, de una manera u otra, esas situaciones no se deben permitir y mucha gente lucha por cambiar las cosas. Hoy en día, tanto hombres como mujeres, se escandalizan cuando una mujer sufre violencia de género o cuando una mujer es discriminada en su trabajo ante determinados abusos. Sin embargo, hay algunas cosas que pasan desapercibidas, y es en lo que me voy a centrar en este post. Se trata de algo que todos -sin prácticamente excepción de ninguna clase- decimos o hacemos: los micromachismos. Os dejo algunos ejemplos:

“Qué guapa te ha puesto tu madre”

“Corres como una niña” 

“Pegas como una niña” 

“Lloras como una niña”

Cambiadores de bebés en baños de mujeres

"Hijo/sobrino/nieto, te voy a comprar un balón. Hija/sobrina/nieta, a ti unos patines"

Ir a comprar ropa de niños y la persona que atiende dirigirse exclusivamente a la mujer.

Muñecas para niñas, coches para niños

Cerveza sin alcohol para ella, Doble Malta para él... cuando es al revés.


Un ejemplo muy ilustrativo es el siguiente vídeo, en el que se enumeran 48 frases o comentarios que va a escuchar -muy posiblemente-  una mujer normal a lo largo de su vida...




Quién no ha dicho alguna de estas frases o no ha vivido alguna de estas situaciones? Mal que nos pese, me temo que nadie se libra. Es algo tan integrado en nuestra sociedad que la mayoría de las veces ni nos damos cuenta.

Para eliminar el machismo es necesario erradicar los micromachismos y esto se me antoja muy difícil porque la sociedad no está ‘por la labor’, básicamente porque ni se da cuenta de su existencia... se dan pasos muy tímidos y muchas veces pasan desapercibidos, incluso llegan a ser vistos con extrañeza cuando se hacen aflorar. 

El periódico digital ElDiario.es tiene una sección dedicada a este tema (enlace). En ella tienen un vídeo en el que escenifican varias situaciones cotidianas de una manera un tanto especial:




Como padres debemos ser impulsores de este cambio de tal forma que nuestros hijos e hijas crezcan sin prejuicios; no eduquemos a nuestros hijos en un ambiente sexista; esforcémonos por no hacer/decir micromachismos (y esto me parece bastante complicado) y pongamos el grito en el cielo cuando alguien de nuestro entorno lo haga; abramos los ojos a los que nos rodean. Muchas veces no saben ni que los tienen cerrados.
P.D.: También existe la versión masculina del vídeo con las 48 cosas que los hombres van a escuchar a lo largo de su vida. Os lo dejo a continuación:


miércoles, 10 de febrero de 2016

Bienvenidas

Ya está, ya he llegado.


Me encuentro frente a la puerta de casa, buscando la llave y ansioso por vivir uno de los mejores momentos del día: La bienvenida a casa de los más pequeños de la familia.

Da igual si estás cansado o si vienes agobiado, ellos siempre te reciben igual: Una amplia sonrisa y un abrazo de esos que te derriten el alma porque lo dan como si hiciera semanas que no te ven. Eso levanta el ánimo a cualquiera, al menos durante un rato (hasta que comiencen las batallas diarias…).

Situación similar se produce cuando voy a recogerlos al colegio; primero a la HermanaMayor y luego al pequeño; una al colegio, el otro a la guardería. El ritual con la grande siempre es el mismo: ponerse en la cola de la puerta de la clase, cuatro palabras de cortesía con algunos padres y echar una mirada furtiva por la ventana hacia la clase. Allí estará, con todos los bártulos preparados, esperando pacientemente a que la profesora le indique que ya puede salir. Y entonces, igual que al llegar a casa, me regala un paaaaaaapiiiii y un gran abrazo. Es un momento fantástico y efímero, y aún más intenso si mi presencia es inesperada…

Con el HermanoMenor en la guardería la cosa va diferente, aunque no es menos emocionante: primero me encanta ‘espiarlo’ sin que sepa que estoy ahí por una de las ventanas; es una manera de ver que se encuentra bien, que se lo pasa bien y está bien atendido. Luego voy a la clase y cuando me ve la cara se le ilumina con una gran sonrisa. De repente empieza a enseñarte cosas, a traer juguetes y a corretear por la clase… Es su manera de decir que está contento de que estés allí.

Para muchos será una tontería, pero para mi esos momentos no tienen precio y me encantaría poder disfrutarlos cada día. Lamentablemente no es así y creo que eso hace que aún sean más valiosos.
Y que duren para siempre...