martes, 24 de noviembre de 2015

Rosa y Azul

Para las niñas el rosa, para los niños, el azul. Las niñas muñecas, los niños coches. Las niñas Frozen, los niños Cars. Las niñas princesas, los niños guerreros… Podría estar así un buen rato más pero creo que ya se ha entendido la idea.



En casa, por suerte o por desgracia, tenemos una niña y un niño y nos es muy habitual escuchar comentarios del estilo a ‘No tienen nada que ver un niño y una niña, son muy diferentes’ (Incluso los hemos llegado a decir nosotros!). Vamos a ver, no sería mejor decir que son las personas las diferentes entre ellas y no tanto su género? En cualquier caso, y suponiendo que un niño y una niña fueran taaaaan diferentes tampoco es necesario que la sociedad haga la brecha más grande aún, no creéis?

Nosotros, como padres, mantenemos una lucha silenciosa contra una buena parte de la sociedad intentando no ser sexistas, y os puedo asegurar que es muy difícil: Por ejemplo, fomentamos el uso de juguetes de cualquier tipo, tanto para la HermanaMayor (a la que le compramos en su día coches y muñecas indistintamente -ahora ya no es tan fácil-) como al pequeñajo (que al recibir la herencia de su hermana tanto juega con muñecas como con coches o cocinitas). Pese a que muchas veces nos toca comprar cosas de Frozen pasar por el aro , intentamos que, sobretodo la mayor, no viva condicionada a ‘esto es de niñas y esto de niños’... y me temo que no siempre lo conseguimos. Con sus cuatro años ya hace tiempo que ve el rosa de niñas y el azul de niños, y os puedo asegurar que no es porque nosotros lo fomentemos; es lo que ve y oye por todos sitios.

La sociedad y el consumismo que nos rodea no pone nada fácil el escapar de este círculo vicioso: vivimos rodeados de cosas femeninas y masculinas en juguetes, en dibujos y películas y, por supuesto, en ropa (y sí, entiendo perfectamente que los niños no lleven vestido). Mirad, un ejemplo claro es una gran cadena de material deportivo (si queréis más pistas, comienza por DECA… y acaba por THLON), aunque, faltaría más, no es la única: pese a que tiene muchas prendas que para los niños son de lo más adecuado, con -normalmente- muy buen precio y una calidad más que aceptable, es de los lugares más sexistas que encontramos y uno de los que más intentamos evitar: Si quieres ropa de niña lo más habitual es que puedas escoger entre el rosa y, si tienes suerte, el lila. Por otro lado, si quieres ropa de niño puedes escoger entre varios tonos de azul y a veces también hay verde. Nunca se les ha pasado por la cabeza a los diseñadores que pueda no gustar uno de esos colores? O quizás el problema es que sí que se les ha pasado y es una estrategia de márketing? No os penséis que esto solo les pasa a ellos… echad un vistazo a cualquier gran superficie y, de forma rápida, podréis identificar la zona de niñas: es todo rosa. Ya ni me meto a comentar esos ‘centros de belleza’ para niñas en las que las tratan como princesas en los que todo es absolutamente rosa... Ya tendrán tiempo de ir cuando sean mayores. Si quieren.

Ropa rosa... y azul


Queremos igualdad, queremos avanzar en temas de discriminación sexual, acabar con los micromachismos pero no hacemos más que repetir lo mismo una y otra vez: Diferenciar más de la cuenta lo masculino de lo femenino. Una sociedad que sigue apostando por dar esa imagen a cada uno de los géneros no está avanzando. Al contrario. En cambio, cuando alguien hace algo diferente, como las jugueterías ToyPlanet con su catálogo no sexista en el que salen niños jugando con muñecas o niñas con juegos de construcción, se hacen de lo más popular (y esto es un poco triste, porque eso no debería ser noticia).

En fin, es un tema que me toca la moral; siempre hemos intentado no condicionar a nuestra hija, pero ella está encantada con Frozen, le encanta vestir de princesa (Spiderman es de niños, aunque tuvo una época en la que le gustó) y el rosa es de niñas… y esto lo ha hecho la sociedad en la que vivimos.

¿Cómo lleváis vosotros estas situaciones? ¿Le dáis importancia o pensáis que no es para tanto?

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Desconexiones tecnológicas

Por si no os habíais dado cuenta, la tecnología está por todos sitios... Nuestros pequeños nacen rodeada de ella y forma parte de su entorno cotidiano. Tienen al alcance de la mano la televisión, móviles inteligentes, tablets, ordenadores (portátiles o no) , consolas (portátiles o no) y, por supuesto, muchos juguetes que también la usan. Además, empieza a ser habitual encontrar en muchas tiendas de juguetes tablets 'infantiles', ordenadores 'para niños', y juguetes que interactúan con el usuario.

Está ampliamente demostrado que el uso de las tecnologías a determinadas edades puede ser beneficioso, pero también se ha demostrado que no son convenientes a edades muy tempranas (recomiendan que los menores de 2 años no utilicen dispositivos electrónicos y de 3 a 5 se haga de una manera muy controlada). En cualquier caso es muy importante que siempre que usen este tipo de dispositivos lo hagan bajo la supervisión de un adulto y con unos tiempos de uso razonables (siii, nosotros también aprovechamos que está viendo la tele para hacer algo... pero no hay que abusar!); no olvidemos que nuestros pequeños son esponjas y pueden hacerse fácilmente dependientes a estos trastos...



En casa intentamos no abusar de los aparatos electrónicos en determinados momentos del día. Es por eso que tenemos algunas normas que son bastante firmes:

- Nunca tenemos la televisión 'de fondo'; si alguien la está viendo (y con ese alguien me refiero a la HermanaMayor porque nosotros prácticamente no la vemos) está encendida, pero si se está haciendo alguna otra cosa, siempre la tenemos apagada.

- Intentamos establecer ratos sin tecnología: Cuando es hora de jugar con los pequeños se hace al 100%: sin móviles, sin portátil y sin televisión; como mucho con música de fondo. Para las cenas hacemos lo mismo: aunque podamos tener cenas intensas (que van a menos), es el único momento del día en el que estamos toda la familia al completo, así que nos hemos prohibido utilizar los móviles y solo tenemos música ambiental.

- Televisión sí, pero controlada: Nada de llegar del colegio, poner la tv y quedarse ahí enganchado hasta la hora del baño... ratito de tele y luego ratito de juegos, o a la inversa. Esto, no os voy a engañar, nos supone más de una crisis institucional... pero bueno, hay que gestionarlo.



Por suerte la HermanaMayor no asocia el móvil con un aparato para jugar (aún). Nosotros no jugamos con él y ella lo ha hecho muy poco (teníamos algún juego para pintar cuando fue bebé al que no le hizo demasiado caso) así que nunca lo pide... para eso. El único uso que le da ella es el de ver dibujos en momentos puntuales (básicamente cuando está aburrida en algún bar mientras los adultos hablan de 'sus cosas' o durante algunos viajes) o para ver fotos y vídeos.

Ya para acabar, otra de las cosas a las que hay que prestar atención (y de paso que también nos deberíamos aplicar nosotros mismos) es que el abuso de estos aparatos pueden llegar a ser una barrera en la comuanicación personal. Por eso es tan importante tener momentos 'analógicos'...

Y que conste que todo esto os lo dice un padre informático y apasionado por la tecnología.

¿Vosotros qué, abusais de la tecnología? ¿Conseguís desconectar para estar al 100% con vuestros hijos? Va, no digáis mentiras!

martes, 10 de noviembre de 2015

Padres sin pilas

¿Falta mucho para las vacaciones? ¿Queee? Que hace apenas dos meses que volvimos del viaje? Eso significa que aún ni nos estamos acercando a las próximas... todavía nos estamos alejando de las últimas!

Pfffff... pues ya estamos agotados, sin pilas y necesitamos vacaciones! Para colmo por la noche no las podemos recargar lo suficiente porque tenemos interrupciones publicitarias patrocinadas por el pequeñajo de la casa (a modo de lloro con un volumen dañino para el oído), tal y como os conté hace algún tiempo aquí


así vamos...

Cuando uno tiene un hijo va cansado (y piensa que no se puede ir más cansado), pero cuando tiene dos que no se llevan demasiado y hay que compaginarse hijos trabajos y tareas varias del hogar no es cansancio, no. Eso... no tiene nombre. Y no hablemos de la gente que tiene más de dos niños pequeños: Me parecen héroes por el mero hecho de estar vivos... 

Estamos en esa época en la que nunca sé qué contestar cuando me preguntan ¿Qué tal? Siempre dudo en responder el típico "bien, tirando", echarme a llorar al hombro del que me lo pregunta o usarlo de psicólogo explicándole nuestra fatigosa vida.

Por si fuera poco, el andar tan remotamente cansados lleva asociado consecuencias no del todo deseables, entre las que podemos encontrar el no ser ni durante 5 minutos al día una pareja, vivir siempre al filo del abismo del mal ambiente y la poca paciencia para gestionar las tareas como padres (bueno, y las de no padres también). 



¿Y cómo hemos llegado a esa situación? Bueno, básicamente teniendo dos hijos que no se llevan demasiado (3 años), pero también por tener los hijos que tenemos. Para lo bueno y para lo malo no nos han tocado dos 'trozos de carne' (en realidad ni siquiera uno); entre que la HermanaMayor es muy intensa en todos los sentidos (una de las principales características de una Alta Demanda), con una persistencia en todo que te hace llegar al límite (sobretodo mental) y que el pequeñajo se despierta un millón de veces como mínimo y no ayuda a descansar ni a desconectar vamos bien servidos. Al final la bola cada vez se hace más y más grande...

Tenemos bastante claro que esto es una etapa que hay que pasar y que poco podemos hacer para saltárnosla (o al menos eso creemos, si alguien nos puede orientar o se quiere quedar con los niños un fin de semana que nos lo diga :P), así que nada, este post es solo un chorreo de frases conectadas para desahogarme un poco y, con un poco de suerte, ver que no estamos solos en este mundo de padres  hechos polvo cansados.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Campaña #lohacesypunto

Ayer me enviaron a través de Whatsapp un vídeo al que añadieron el comentario ‘da que pensar’. Hoy, tras verlo y sin saber qué me iba a encontrar, no me queda otra que darle la razón a la persona que me lo dijo y quitarme el sombrero ante la magnífica campaña realizada por Eva Bailén y por cómo está enfocada. Os dejo con el vídeo (por favor, vedlo antes de seguir leyendo, son menos de 4 minutos):




¿Cómo se os ha quedado el cuerpo? A mi me ha tocado la fibra. No se puede negar que trata un tema del que empieza a hablarse últimamente y además lo hace de una forma totalmente inesperada. Lo más habitual es esperarse que al final del vídeo aparezca una mujer porque da la sensación que se habla sobre la carga de trabajo que muchas de ellas tienen, pero no… ni más ni menos se está explicando cómo puede llegar a ser una jornada normal para un niño.


¿Realmente son necesarios tantos deberes? Hay varios estudios que dicen que no, que no refuerzan los contenidos dados en clase y que lo que sí que consiguen es que el alumno se desmotive o que pueda ser causa de conflictos familiares ¿Esto quiere decir que nunca hay que hacer deberes? Por supuesto que no, no pasa nada si hay que acabar alguna tarea, hacer un trabajo o preparar un examen en casa, pero no perdamos de vista que son niños y que, por cosas como estas (y otras que luego comentaré), no tienen tiempo de ponerlo en práctica.

Por la edad de nuestros hijos (4 y 1), nosotros aún no estamos sufriendo esta situación, pero tenemos algunos amigos con hijos más mayores a los que, en primero de primaria, ya les ponen ‘una hora a la semana de deberes’ para que se vayan acostumbrando… acostumbrando a qué? Para mi es un tema importante que me preocupa y quiero que cuando mis hijos sean algo más mayores este tema esté, como mínimo, enfocado de otra forma; tal y como dice el vídeo, por muchos deberes que hagan nuestros hijos no están saliendo mejor preparados (los resultados de los informes PISA lo demuestran y el porcentaje de fracaso escolar también). Fijémonos en quién sí lo hace bien y por qué...

Por supuesto la falta de tiempo no la tienen solo los dichosos deberes; muchas veces nosotros, los padres, colaboramos a que no tengan ni un rato libre cuando los apuntamos a un deporte, a música y a inglés. Porque claro, queremos que estén muy bien preparados… pero no deberíamos querer también que tengan tiempo de jugar? O es que jugar es perder el tiempo?

Para acabar, si queréis apoyar la campaña de Eva Bailén por la racionalización de los deberes escolares en el sistema educativo español podéis hacerlo en la plataforma Change.org, clickando aquí.