Para las niñas el rosa, para los niños, el azul. Las niñas muñecas, los niños coches. Las niñas Frozen, los niños Cars. Las niñas princesas, los niños guerreros… Podría estar así un buen rato más pero creo que ya se ha entendido la idea.
En casa, por suerte o por desgracia, tenemos una niña y un niño y nos es muy habitual escuchar comentarios del estilo a ‘No tienen nada que ver un niño y una niña, son muy diferentes’ (Incluso los hemos llegado a decir nosotros!). Vamos a ver, no sería mejor decir que son las personas las diferentes entre ellas y no tanto su género? En cualquier caso, y suponiendo que un niño y una niña fueran taaaaan diferentes tampoco es necesario que la sociedad haga la brecha más grande aún, no creéis?
Nosotros, como padres, mantenemos una lucha silenciosa contra una buena parte de la sociedad intentando no ser sexistas, y os puedo asegurar que es muy difícil: Por ejemplo, fomentamos el uso de juguetes de cualquier tipo, tanto para la HermanaMayor (a la que le compramos en su día coches y muñecas indistintamente -ahora ya no es tan fácil-) como al pequeñajo (que al recibir la herencia de su hermana tanto juega con muñecas como con coches o cocinitas). Pese a que muchas veces nos toca comprar cosas de Frozen pasar por el aro , intentamos que, sobretodo la mayor, no viva condicionada a ‘esto es de niñas y esto de niños’... y me temo que no siempre lo conseguimos. Con sus cuatro años ya hace tiempo que ve el rosa de niñas y el azul de niños, y os puedo asegurar que no es porque nosotros lo fomentemos; es lo que ve y oye por todos sitios.
La sociedad y el consumismo que nos rodea no pone nada fácil el escapar de este círculo vicioso: vivimos rodeados de cosas femeninas y masculinas en juguetes, en dibujos y películas y, por supuesto, en ropa (y sí, entiendo perfectamente que los niños no lleven vestido). Mirad, un ejemplo claro es una gran cadena de material deportivo (si queréis más pistas, comienza por DECA… y acaba por THLON), aunque, faltaría más, no es la única: pese a que tiene muchas prendas que para los niños son de lo más adecuado, con -normalmente- muy buen precio y una calidad más que aceptable, es de los lugares más sexistas que encontramos y uno de los que más intentamos evitar: Si quieres ropa de niña lo más habitual es que puedas escoger entre el rosa y, si tienes suerte, el lila. Por otro lado, si quieres ropa de niño puedes escoger entre varios tonos de azul y a veces también hay verde. Nunca se les ha pasado por la cabeza a los diseñadores que pueda no gustar uno de esos colores? O quizás el problema es que sí que se les ha pasado y es una estrategia de márketing? No os penséis que esto solo les pasa a ellos… echad un vistazo a cualquier gran superficie y, de forma rápida, podréis identificar la zona de niñas: es todo rosa. Ya ni me meto a comentar esos ‘centros de belleza’ para niñas en las que las tratan como princesas en los que todo es absolutamente rosa... Ya tendrán tiempo de ir cuando sean mayores. Si quieren.
Ropa rosa... y azul |
Queremos igualdad, queremos avanzar en temas de discriminación sexual, acabar con los micromachismos pero no hacemos más que repetir lo mismo una y otra vez: Diferenciar más de la cuenta lo masculino de lo femenino. Una sociedad que sigue apostando por dar esa imagen a cada uno de los géneros no está avanzando. Al contrario. En cambio, cuando alguien hace algo diferente, como las jugueterías ToyPlanet con su catálogo no sexista en el que salen niños jugando con muñecas o niñas con juegos de construcción, se hacen de lo más popular (y esto es un poco triste, porque eso no debería ser noticia).
En fin, es un tema que me toca la moral; siempre hemos intentado no condicionar a nuestra hija, pero ella está encantada con Frozen, le encanta vestir de princesa (Spiderman es de niños, aunque tuvo una época en la que le gustó) y el rosa es de niñas… y esto lo ha hecho la sociedad en la que vivimos.
¿Cómo lleváis vosotros estas situaciones? ¿Le dáis importancia o pensáis que no es para tanto?
La verdad es que me doy cuenta de ello, y en alguna pequeñez siempre me pasa inconscientemente. Yo sé que si mi hijo quiere una cocina para jugar la tendrá y que no va a pasar nada. También sé que tarde o temprano la sociedad se encargará de decirle cuál es su sitio como varón.
ResponderEliminarLamentablemente así es, la sociedad lo empujará donde 'se supone que debe estar'... en nuestras manos está minimizarlo. Gracias por comentar!
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