viernes, 31 de julio de 2015

Cenas de alta tensión

Sabíamos que íbamos a pasar por algunos momentos 'tensos' con dos pequeños en casa; lo que no nos imaginábamos era que los íbamos a vivir a diario... en las cenas.

¿Verdad que nos ponemos guapos para cenar? :P



Desde que tenemos hijos siempre hemos intentado que la cena sea de la misma forma: todos juntos, sin tele, sin móvil y sin molestias externas (si vale, algún fin de semana nos lo saltamos para cenar viendo alguna serie en pareja...). Es la única comida que hacemos juntos y -se supone- debería ser un momento de concordia y bienestar. Pues no.

Por un lado tenemos al pequeñajo de la casa: Al contrario que su hermana mayor, no es muy flexible en cuestión de horarios y hemos de cumplir los que nos marca.  Saltárselos implica consecuencias como que esté echo polvo y acabe no cenando, que se ponga a llorar a la mínima o, lo que le ha dado por hacer ahora, que grite (fuerte!).

Por el otro tenemos a la HermanaMayor, de la que se supone teníamos superado el trauma tema de las cenas tras un periodo convulso hace algunos meses, pero no, ha vuelto. Fue un espejismo.

Con el pequeño poco podemos hacer: intentar que descanse algo más por la tarde y/o cumplir fielmente los horarios; respecto a la mayor, nos sabemos la teoría al dedillo: que no hay que obligarla, que coma lo que quiera, que no hay que amenazar, bla bla bla. Todo esto es la teoría, pero cómo gestionas esa teoría cuando todas las noches es igual? Evidentemente, un día se puede ir a dormir sin cenar porque no le venga de gusto, esté cansada o lo que sea; lo que no nos acaba de parecer del todo correcto es que adopte esa actitud como algo normal y no quiera cenar ningún día... 

No hace mucho llegamos a la conclusión de que esas situaciones no debían ponernos continuar porque al final se respira un ambiente horrible. Si no quieren cenar, que no cenen. Con el pequeñajo no nos preocupamos en exceso porque habitualmente come bien y aún toma pecho. Con la grande ponemos un temporizador (muuuuy generoso y que a veces va acumulando tiempo en vez de restarlo) y, si llegado el momento no ha acabado, se lo guardamos para el día siguiente. Todo sea por intentar evitar los malos rollos en la cena y establecer un poco de orden.



Tiempo para cenar: 30 minutos (más propina)


Juntando los gritos de uno y las distracciones, despistes, encantamientos y quejidos de la otra, echamos un poco de menos la paz y armonía de la que deberíamos estar disfrutando durante la cena, ese momento que hemos decidido que sea solo familiar, sin interrupciones.

¿Vosotros vivís alguna situación parecida a esta o vivís en nubes de algodón, todo es maravilloso y me vais a dar envidia?

Ojo! Que no son todas las noches así... a veces se alinean los astros y conseguimos que el pequeñajo cene contento y que la HermanaMayor esté de buenas y cene en un santiamén y entonces, sí, aparece la concordia familiar y en lugar de gritos de uno, quejidos de la otra, comentarios de los padres (te vas a ir a dormir sin cenar...), se escuchan risas, se explican cosas del día y todo es de color de rosa. Podría ser siempre así, no?


6 comentarios:

  1. Jajaja cenas tranquilas? Desde que parí al primero de mis niños no sé que es eso. Enfados, gritos, lloros, vasos llenos de agua desparramados, gatos gordos de comer lo que tiran los peques... y da igual las veces que les diga que coman, que se sienten bien, que no hablen con la boca llena... Luego lo echaremos de menos y todo jajaja

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    1. Es horrible... nosotros vamos intentando cambiar las tácticas, a ver si encontramos alguna que funcione :P

      Lo que sí que hemos notado es que ha empeorado desde que está el hermanito.

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  2. ¿Podrian aprovecharse los días buenos para dar incentivos, felicitarlos por comerlo todo y esas cosas que vienen en los libros?

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    1. Hubo una época en que lo hicimos y lo cierto es que nos funcionó: Hicimos una tabla y cada día se le ponía un semaforito, si a la semana había mayoría de verdes y/o algún amarillo, había premio; si había algún rojo ya no.

      Nos estamos planteando volver a implantarlo. Lo dejamos de usar porque no lo necesitábamos, pero la situación ha empeorado... no sé si es del todo correcto incentivar de esta manera a los niños (opiniones hay para todos los gustos), pero lo cierto es que hay que buscar una solución, no crees?

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  3. Me encantó el post!! En casa pasa casi lo mismo, los dos insoportables, con sueño y sin aguantarse el uno al otro. Alguna noche libramos pero otras aullan a dúo!!

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    1. Quedamos todos los que estemos igual y que cenen juntos... y revueltos? jaja. Nosotros los esperamos en un bar cercano :P.

      Aix, al menos vemos que no estamos solos. Gracias por comentar! :)

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