martes, 17 de diciembre de 2013

Operación Pañal: Nuestra aventura para eliminar el pañal...

La pasada semana, tras varios días de observación creímos conveniente hablar con la educadora de la pequeña y comentarle la posibilidad de dar el paso y quitar el pañal en no mucho tiempo. Las situaciones en las que nos basamos para acabar tomando esta decisión fueron las siguientes:

- Colocación del orinal en el lavabo para que se familiarizara con su presencia (al principio solo se sentaba a darle al botón con la musiquita que lleva).



- Ponerla a hacer pipi siempre antes del baño y reforzándola positivamente si conseguía el éxito en su misión (al principio era muy poco habitual que lo hiciera, los últimos días siempre lo hacía).

- Hablarle del tema y que ella comenzara a darse cuenta de cuándo estaba haciéndose pipí en el pañal, y sugiriéndole ir al váter siempre que lo dijera.

- Comenzar a ponerla al levantarse (y de vez en cuando al acostarse también) en el orinal y continuar con el refuerzo positivo.

Dicho y hecho; la educadora también había observado el interés por el váter y el hacer pipí y comenzó a ponerla también cuando le sugería que tenía ganas, así que, el 14 de diciembre sería el día D! Teníamos claro que iba a ser complicado (aunque teníamos la esperanza que no lo fuera :P) y que lo mejor en ese fin de semana era salir poco de casa, así que no hicimos -demasiados- planes.

Como en tantas otras cuestiones relacionadas con la educación infantil nos comenzamos a encontrar con ciertas opiniones llamémosles curiosas: Que si estábamos locos en hacerlo ahora, que en verano era mejor, que para nosotros -los adultos- es mejor hacerlo en tal época (vacaciones, etc). Cosas, a nuestro parecer, bastante fácilmente rebatibles (aunque haya gente que no lo acepte):

Es mejor hacerlo en verano: La gente argumenta que claro, con el frío que hace, cómo va a ir la niña meada o la vas a cambiar en la calle si se hace pis? Los primeros días es recomendable no salir mucho de casa (nosotros no lo cumplimos, jaja), por lo que el tiempo exterior tampoco importa demasiado; Cuando se hacen pis, creo que lo primero que se hace es cambiarles la ropa, así que no van a pillar ninguna galipandria por esta causa y, si se mea en la calle, pues te cobijas en algún sitio y se cambia... El único pequeño inconveniente que tiene NO hacerlo en verano es el tema de la ropa, que tarda más en secarse (la calefacción nos ha ayudado mucho!)

Nosotros hemos pensado en hacerlo <cuando_sea>: Por una causa o por otra, muchas veces los padres optamos por buscar nuestra comodidad para realizar ciertas acciones, así que es posible que nos vaya mejor hacerlo en algún momento en concreto... Los adultos no podemos decidir cuándo quitar el pañal, son ellos y ellas los que deben indicarnos, mediante determinados comportamientos, que ya están preparados para dar el paso. 

Finalmente llegó el día... 14 de diciembre, antes de las 09.00:

Como habíamos hecho los últimos días, nada más levantarse la llevamos a su orinal e hizo su pipí mañanero sin problemas... tras esto, quitamos el pañal!


Nuestro optimismo duró apenas 20 minutos: Primer pipí encima. No pasa nada, hay que hacer refuerzo positivo y quitarle importancia a la situación, aunque explicándoles que tienen que avisar para que no pase de nuevo (a su altura mejor que siendo unos gigantes para ellos como somos y con voz tranquilizadora).

A los pocos minutos ya se había vuelto a mojar y la situación no fue a mejor; los nervios comenzaron a aparecer en el entorno familiar al ver que no mejorábamos y al final la pequeña ya no quería ir a hacer pipí e incluso lloraba cuando se le planteaba el ir a hacerlo; mal camino! Esto, a su vez, generaba más tensión que transmitíamos a la enana y entramos en un círculo vicioso complicado. Lo cierto es que no debe ser nada agradable que tus padres estén a cada momento diciéndote de ir a hacer pipí, cuando nunca te has tenido que preocupar de ello e interrumpiendo tus momentos de juego o de ver unos de tus dibujos preferidos. Es lógico que deje de interesarle el tema y de parecerle 'curioso'. No solo hubo escapes de pipí, claro... hubo uno de caquita que pudimos acabarlo en el orinal y que dio algo de moral (tampoco mucho, no nos engañemos).

Todo se relajó cuando se fue a hacer la siesta... ella desconectó y nosotros también; esto era agotador y se nos pasaron por la cabeza algunas preguntas: La hemos cagado? A ver si no estaba preparada... Pero no había que desfallecer; no debe ser nada fácil para ellos, es un proceso que hay que pasar...

Tras dormir no quiso ir al váter; a veces pasa (supongo que a más de uno le pasará) que uno se levanta de la siesta algo 'cruzado'... pues si encima te empiezan a tocar la moral para que vayas a hacer pipí de forma insistente, lo más probable es que te enfades. Y así fue, se enfadó, se sentó en el suelo y... se meó.

A media tarde cambiamos la estrategia: y si recompensábamos el ir a hacer pipí con, por ejemplo, un lacasito? Parece que funcionó y conseguimos que hiciera dos pipís en el váter (ya no en el suyo, si no en el grande...). El lavabo parecía una fiesta de una discoteca ibicenca en pleno esplendor de los saltos de alegría que dábamos (en parte nos relajaba a los adultos y reforzábamos su acción). Esto no fue la panacea, por supuesto. Al rato ya no era tan interesante y se volvió a hacer algún pipí encima, pero al menos habíamos conseguido que aceptara ir al váter (el grande, en el pequeño ya no se ha vuelto a sentar) y que esto no fuera un trauma, aunque nos volviéramos sin resultados satisfactorios.

No os voy a engañar, estábamos deseando que se fuera a dormir para desconectar un poco del tema... Acabamos derrotados, y prácticamente no habíamos salido de casa (salimos a despejarnos un poco por separado). No pudimos ni ver un capítulo de una serie, jajaja. Caímos rendidos.


Día 2 (15 de Diciembre):

Comenzamos el día, más o menos a la misma hora que el día anterior pero con un:

"Mama, nem a fer pipí al vàter!" (Mamá, vamos a hacer un pipí en el váter) a pleno pulmón. 

Decidimos que, para todos, sería mejor salir a que nos diera el aire, así que nos fuimos a la piscina (donde la pequeña disfruta como una loca), no sin antes coger varios pares de pantalones y recambios de ropa interior... y de hacer varios pipís en el váter (esta vez sí, y justo antes de irnos también).

La cosa no pintaba mal: habíamos conseguido que hiciera pipí siempre que la habíamos puesto en el váter (seguíamos con las recompensas), aunque fuera poquito.

En la piscina todo fue bien y en los vestuarios hizo dos pipís en el váter mientras se cambiaba (y vete tú a saber cuántos en el agua o en la ducha, porque traga mucha agua, jajaja), así que de momento seguíamos 'secos'... y así llegamos a casa y se fue a dormir, seca y con éxito absoluto de pipís. Todos estábamos muy contentos. 

Tras la siesta volvió a hacer pipí y al final tuvimos una fuga de caquita... por supuesto, no le dimos más importancia y la limpiamos en la ducha; creo que le supo peor a la pequeña que a nosotros: se quedó súper parada y con la cara algo descompuesta pidiendo que la fuéramos a limpiar a la ducha. Por suerte esto había pasado en casa... en poco rato volvíamos a salir; esta vez, a un concierto que teníamos previsto de hacía un par de meses. Arriesgado? Sí, pero había que tirarse a la piscina; además, en parte íbamos a ese concierto por la enana, que le gusta mucho el grupo y nos lo pide a todas horas (se llaman Blaumut, aquí tenéis su cuenta de Youtube oficial).

Volvíamos a ir cargados de mudas, tanto interior como exterior y conseguimos ir a tomar algo, al concierto y a cenar sin que tuviéramos ningún percance. Y el concierto fue genial!

Día 3 (16 de Diciembre)

El día en la escuela infantil lo ha pasado mejor de lo que nos esperábamos... 'solo' 2 pipís y ninguna 'popó' (eso indirectamente quería decir que el premio lo tendríamos en casa, muy posiblemente). En casa hemos tenido algún pequeño escape, aunque para compensar hemos hecho caquita en el váter :).

Esto está claro que es un proceso y que llevará unos días, así que lo mejor es tomárselo con paciencia...

Para acabar me gustaría dejar algunos consejos que he conseguido con nuestra 'experiencia':

- Hay que ser muy fuerte mentalmente hablando e intentar no perder los nervios (cuesta mucho!)
- Intentar mantener la calma en casa lo máximo posible para no aumentar la tensión existente y que creo inevitable.
- Intentar siempre ser positivo!
- Tener en cuenta que es un cambio muy brusco para ellos y ellas también...
- Disponer de varias tácticas para cambiar el enfoque si algo no acaba de funcionar, o deja de hacerlo (a nosotros nos ha funcionado el tema de recompensas, por ejemplo).
- Parece que hacer estas cosas juntos ayuda a que cojan más confianza, supongo que por el tema de la imitación.

Y finalmente los más importantes para mi:

- Dejarse de mitos y pensamientos anticuados e ilógicos (épocas para quitar el pañal?).
- Esperar a que el pequeño o la pequeña estén preparados física y mentalmente (no cuando a nosotros nos vaya mejor).

A por todas!