jueves, 23 de octubre de 2014

Un nuevo miembro en la familia: La reacción de la hermanita grande

Podemos decir que desde el primer día que la recién estrenada hermanita grande vio a Oriol vive enamorada de él... Hasta el punto de llorar en el hospital cuando se lo llevaron a hacerle la prueba del oído. Siempre que no lo ve cerca, o va su madre a buscarla al colegio sin él, lo primero que quiere saber es dónde está su hermanito.

Ahora que ya llevamos algo más de un mes conviviendo juntos voy a hacer un poco de retrospectiva en cómo ha gestionado ella la llegada del nuevo miembro de la familia.

Al hecho de tener un nuevo hermanito hay que añadir dos cambios importantes más en su vida: Empezó el 'cole dels grans' (Educación Infantil) justo dos días después de tener el título de hermana grande y un mes y algo antes, nos mudamos a un piso más grande. 

Si ya dicen que no es muy recomendable hacer más de un cambio brusco a la vez, la pobre ha recibido ración triple. Y tampoco es que lo haya llevado muy mal, no nos podemos quejar. Ella ha hecho lo que ha podido (qué le vamos a pedir, si tiene -ahora- solo 3 añitos!).

Durante estas semanas ha tenido (y tiene, aunque ya menos) sus momentos de explosión, poniendo de manifiesto su potente carácter; también ha tenido (y tiene, aunque ya menos) momentos en los que la sensibilidad ha estado a flor de piel y cualquier situación y/o comentario acababa en un lloro desconsolado. Aunque no han sido muy habituales, parece que tanto la intensidad como la frecuencia van disminuyendo... Habrá que esperar a ver si cambia la situación cuando el pequeñajo empiece a interactuar más, en todos los aspectos. 

Por suerte para todos, el pequeñajo duerme bastante (igual es lo que le toca, pero como la señorita esto no lo hacía nos parece mucho :P) y eso nos permite dedicar a la grande la atención a la que ella está acostumbrada; intentamos que siga así tanto por parte de mi y de la mami.


¿Cómo intentamos ayudarla para llevarlo mejor?

Una de las cosas que teníamos claras en nuestra forma actuar cuando llegara el pequeño era dejarla participar mucho en el cuidado de su hermanito: nos ayuda a cambiarlo, a bañarlo, a despertarlo (ejem, igual esto no sería necesario) y le dejamos que le acaricie y lo achuche bastante (quizás demasiado? Pobre pequeñajo, como se acuerde de todo...). Si fuera por ella se estaría todo el día dándole abrazos y besitos. 

Otra de las cosas que intentamos cumplir, aunque ahora sea más complicado, es continuar haciendo cosas con ella tanto su mami como yo, de forma complementaria: Intentamos que cada día sea uno de nosotros la que la lleve a dormir y le explique un cuento (y esto a veces me supone tener que encerrarme en la cocina con el pequeñajo cantando por soleares; os podéis imaginar el éxito que tengo muchas veces cuando solo se calma en una teta...), intentamos bañarla los dos (aunque lo hago más yo porque logísticamente nos es más sencillo), intentamos ser los dos, por separado, los que la llevemos y/o la recojamos del colegio (siempre que no lo hagamos juntos)... Además, procuramos siempre cenar todos juntos (y esto implica a veces, que los 4 estamos cenando a la vez, cada uno lo suyo). En resumen, intentamos seguir haciendo lo que hacíamos cuando ella era la única princesa de casa. Un momento, si aún lo sigue siendo! ahora tenemos una princesa y un príncipe ;)

Parece que de momento la situación está bajo control. Disfrutaremos el momento por si se complica más adelante ;)

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