martes, 18 de octubre de 2016

Tenemos prisa

Tenemos prisa para que nuestros hijos aprendan a caminar. Tenemos prisa para que aprendan a hablar.Tenemos prisa para que dejen de usar el pañal. Tenemos prisa para que hablen. Tenemos prisa para que aprendan a leer. Tenemos prisa para que aprendan inglés. Tenemos demasiada prisa, para todo.




Hace algún tiempo os hablaba de que parece que estamos en una competición con nuestros hijos comparándolos constantemente para comprobar su avance respecto a los de otros y es precisamente esta ‘competición’ la que mayoritariamente nos hace meterles prisa a nuestros hijos. Además de hacer las cosas de la forma más perfecta posible también queremos que sean los primeros en hacerlo. Eso nos hace sentirnos muy orgullosos de nuestros hijos… son unos cracks y encima los primeros.

“Pues mi niño con 10 meses ya caminaba. Pues la mía come sola hace mucho tiempo. Pues mi pequeño va sin pañal desde los 2 años…”

Pues vale.

No respetamos sus ritmos y los presionamos. El problema es que seguramente muchas veces no nos damos cuenta al dejarnos llevar por esa competición en la que nuestra sociedad nos obliga a vivir y es muy difícil no caer en las fauces de esta vorágine comparativa en la que comprobar que nuestros hijos son mejores que los de los demás ¿Quién no quiere que sus hijos sean buenos en lo que hacen? ¿Qué padre no se va a sentir orgulloso pregonando a los 4 vientos que su hijo con 2 años recién cumplidos ya no lleva pañal o que con 4 ya sabe leer y escribir?

Sentirse orgulloso está muy bien si hay razones para ello, pero en lo que nos equivocamos es en intentar forzarlas para que lleguen lo antes posible. Sentámonos orgullosos de nuestros hijos por ser honrados, por hacerse querer, por querernos, por ver que se están convirtiendo en buenas personas, por ver que crecen sanos y alegres, por ver que respetan al prójimo… y sentámonos orgullosos también por cómo aprenden y consiguen sus metas, pero a su ritmo. No les metamos presión innecesaria por tener tanta prisa.

Nos olvidamos muchas veces de qué son, y deberíamos tenerlo grabado a fuego: Son niños!

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Y tampoco tiene que destacar en todo. Eso es imposible!!! Luego se extrañan de que crezca el estrés infantil. Pobrecillos...

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    1. El estrés y la baja autoestima que hay algunas veces... Hemos de cambiar el chip.

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