jueves, 30 de marzo de 2017

Las ruedas

Ya os hablé hace algún tiempo que nuestros hijos (y no creo que sea una exclusiva de ellos) son de ideas fijas. En él os comentaba que el HermanoMenor siempre tiene que ir con algo de ruedas a cualquier sitio que vamos…




Lo cierto es que tiene un buen repertorio de cosas rodantes y aunque tiene algunos preferidos evidentemente unos tienen más éxito que otros. Últimamente el que triunfa es un carrito de Play Doh, similar a los de la compra que le regalaron para navidad… Dentro hay plastilina, pero eso es lo de menos porque nunca lo abre; de hecho, podría ir vacío o con piedras en su interior… a él lo que le gusta es llevarlo de paseo. Porque eso es otra cosa que va asociado al llevarse cosas con ruedas a la calle: Le encanta caminar. Y eso nos genera muchos algún problemilla cuando al abrir la puerta del ascensor ve que estamos en el párking en lugar de la planta baja; problemas hasta el punto de que no quiere subirse al coche o dice que quiere ir a casa de los abuelos maternos andando… cuando hay 40 kilómetros.

Otros grandes candidatos para salir a la calle son: Cochecitos de bebé (con bebé o sin él), un correpasillos (sí, es rosa), una bicicleta sin pedales o, la última y flamante adquisición: un patinete (que el pobre pedía insistentemente de camino al cole cada día...).

Pero bueno, que me desvío; otras veces os he comentado que en casa intentamos no ser sexistas, así que vemos genial que el niño juegue con muñecas y la niña con coches, párkings y demás. No obstante, desde que es un poco independiente, siempre se ha decantado por aquellos juguetes que tiene su hermana que van con su mayor afición: los que tienen ruedas; Desde coches, motos, camiones grandes y pequeños hasta uno de sus preferidos: los trenes.





Llega a tal extremo la predilección que tiene por las ruedas que incluso los cuentos que tienen vehículos son de sus preferidos, usa los que no los tienen para hacer rampas para los coches y disfruta viendo Chuggington, Thomas y sus amigos o Bob el Constructor (por supuesto, tampoco dice que no a Pocoyó, PJ Masks u otros…).

En fin, que algo innato debe haber en eso que dicen que a los niños les gustan más los coches que a las niñas… al menos en nuestro caso es así: La grande ha tenido coches y nunca les ha hecho demasiado caso… en cambio, el peque disfruta como un loco con ellos y puede estarse horas sin destrozar nada hacer ruido.


Los cochecitos tampoco se libran...


Vuestros hijos tienen obsesiones hobbies de este tipo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario